Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
Luego de semanas de protestas masivas y súplicas de movimientos sociales, líderes católicos y grupos laborales, el Senado argentino aprobó el miércoles por unanimidad una ley de emergencia alimentaria para ayudar a abordar la creciente pobreza, desempleo y desesperación en las calles de Argentina.
La ley aumentará el apoyo financiero destinado a programas de alimentación y nutrición en al menos un 50 por ciento hasta diciembre de 2022.
Fue aprobada abrumadoramente por el Congreso la semana pasada, con el apoyo del partido gobernante del presidente Mauricio Macri, que se había resistido al proyecto de ley al principio.
En su discurso ante el Senado el miércoles, María Cristina Fiore Vinuales, una senadora de la provincia norteña de Salta, contrarrestó a los aliados de Macri que han llamado "el hambre un eslogan de campaña" con estadísticas.
Citando cifras de un reciente informe de la ONU, Fiore Vinuales dijo que la cantidad de personas que experimentan inseguridad alimentaria "grave" en Argentina, que comen una vez al día o no, aumentaron de 2.5 millones a cinco millones de 2014 a 2018. Cuando se combina con personas quienes viven con esa inseguridad con menos frecuencia, el número aumenta a 14 millones de personas, o el 32 por ciento de la población, según la ONU. Los investigadores han determinado que la tasa de pobreza en Argentina es del 35 por ciento y dicen que más de la mitad, el 51,7 por ciento, de los niños del país viven por debajo del umbral de pobreza.
"Este no es un eslogan político", dijo Fiore Vinuales a sus colegas en el Senado. "No podemos cepillarlo debajo de la alfombra. Tenemos que enfrentarlo, y recaerá sobre otra persona para tratar de abordar este problema en su raíz, y no solo con medidas paliativas".
El senador Fernando Pino Solanas agregó que "si algo resume la política nacional de estos tiempos, es la deshumanización. Los derechos humanos no son una prioridad principal. Hablamos de los desnutridos como figuras".
Los movimientos sociales y los grupos laborales llevan mucho tiempo pidiendo al gobierno que aumente la asistencia alimentaria, una demanda que volvió a ocupar un lugar central después de las primarias presidenciales en agosto, en la que el derechista Macri perdió por 15 puntos por un boleto de izquierda de Alberto Fernández y la ex presidenta Cristina Fernández Kirchner. La asediada economía argentina recibió otro gran éxito el mes pasado: el peso cayó en valor y los precios se dispararon, lo que acentuó aún más el resultado final para los argentinos que ya estaban teniendo dificultades para llegar a fin de mes.
Las protestas recurrentes llegaron a un punto crítico la semana pasada, con violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías que usaron gases lacrimógenos y porras para tratar de dispersar un campamento a lo largo del 9 de Julio, la arteria icónica en Buenos Aires. Al día siguiente, la coalición de Macri acordó respaldar el proyecto de ley.
El miércoles, miles de personas, incluidos niños pequeños, se reunieron nuevamente ante el Congreso argentino en anticipación de la aprobación de la ley.
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