Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
La violencia callejera se intensificó en Barcelona el miércoles por la noche, cuando los manifestantes incendiaron automóviles y arrojaron ácido a los agentes de policía en una tercera noche de disturbios tras el encarcelamiento esta semana de nueve líderes independentistas por sus papeles en el fallido impulso de 2017 por la independencia regional.
Según informes, oficiales de la fuerza catalana, los Mossos d'Esquadra, dispararon gases lacrimógenos y atropellaron a dos manifestantes durante los enfrentamientos que se extendieron rápidamente después de una manifestación anterior que se convirtió en una serie de batallas con la policía.
La policía afirmó que se habían disparado proyectiles contra helicópteros.
Roger Torrent, el presidente del parlamento catalán, condenó la violencia y tuiteó: "Estas acciones no nos representan. Debemos distanciarnos del comportamiento violento".
Mientras las noticias de televisión transmitían imágenes de barricadas en llamas y manifestantes lanzando proyectiles a la policía antidisturbios, el primer ministro español advirtió que su gobierno no será provocado a reaccionar de forma exagerada.
En un discurso televisado, Pedro Sánchez pidió al presidente catalán independentista, Quim Torra, que condenara inequívocamente el uso de la violencia.
Refiriéndose a los intentos fallidos del gobierno regional de asegurar la independencia, Sánchez agregó: "Ningún líder puede camuflar su fracaso detrás de cortinas de humo y fuego".
Sánchez dijo que el gobierno defendería la constitución de España y la coexistencia pacífica, pero que no se vería tentado a tensiones crecientes. "El estado siempre garantizará los derechos de aquellos que deseen protestar pacíficamente por sus ideas", dijo.
"Pero los grupos violentos organizados y aquellos que intentan violar las leyes democráticas no lograrán sus objetivos... La única esperanza de esos grupos violentos es que cometemos errores y nos sobreexcitemos y dividamos". Quieren que nos enamoremos de sus provocaciones y alimentemos un espiral de violencia”.
El discurso del primer ministro se produjo cuando decenas de miles de personas se reunieron en el centro de Barcelona para protestar contra el veredicto de la corte suprema. Muchos arrojaron rollos de papel higiénico en el aire bajo la consigna de la manifestación: "Hay mucha mierda por aclarar".
Los manifestantes eran en su mayoría jóvenes y parecían listos para enfrentar a la policía. Cantando "opresores" y "las calles siempre serán nuestras", se burlaron de los agentes antidisturbios y vitorearon cuando los manifestantes enmascarados prendieron fuego a los contenedores de basura.
Más temprano el miércoles, los nueve líderes encarcelados emitieron una petición conjunta de protestas pacíficas después de que el gobierno español advirtió que cualquier violencia adicional se encontraría con una respuesta "firme, proporcional y unida".
"Todo el apoyo a las movilizaciones y marchas masivas y pacíficas", escribieron los nueve, que incluyen al ex vicepresidente regional Oriol Junqueras y dos influyentes líderes de base, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. "Ninguna violencia nos representa".
El martes, las manifestaciones pacíficas en Barcelona dieron paso a batallas con la policía, 24 horas después de que miles de manifestantes independentistas intentaron cerrar el aeropuerto de Barcelona, lo que llevó a cargos policiales.
El gobierno español dijo que 51 personas habían sido arrestadas en toda Cataluña el lunes y martes, y 54 oficiales de la policía regional y 18 de la fuerza nacional habían resultado heridos.
El gobierno provisional de Sánchez ya ha dicho que podría activar el artículo 155 de la constitución, lo que le permitiría suspender al gobierno regional y asumir el gobierno directo de la región.
Los opositores de derecha de Sánchez están pidiendo al gobierno que tome una línea dura en la última erupción de la crisis de independencia regional.
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