Martes 16 de abril 2024 | Contáctenos
Las Naciones Unidas instaron el jueves al gobierno y la oposición de Bolivia a restablecer el "diálogo y la paz" después de que una tercera persona fue asesinada en enfrentamientos callejeros que estallaron después de una disputada elección presidencial el 20 de octubre.
Limbert Guzmán, estudiante de 20 años de edad, murió la noche del miércoles en una clínica en la ciudad de Cochabamba tras los enfrentamientos entre partidarios y adversarios del presidente Evo Morales. Unas 90 personas también resultaron heridas.
La oficina de la ONU en Bolivia pidió a las autoridades que investiguen en una declaración que condenó la "intolerancia y violencia" en Bolivia.
"Nada justifica los enfrentamientos entre bolivianos, y la muerte de ciudadanos es inconcebible", dijo el comunicado de la ONU.
Morales expresó sus condolencias en Twitter. El primer presidente indígena de Bolivia dijo que Guzmán había sido víctima de violencia promovida por grupos políticos que fomentan el odio racial.
Los opositores desafían un conteo oficial que mostró que Morales ganó por un margen lo suficientemente grande como para evitar la necesidad de una segunda vuelta contra una oposición unida. Morales acusa a la oposición de intentar dar un golpe de estado.
Dos personas fueron asesinadas la semana pasada durante enfrentamientos en la provincia de Santa Cruz, un bastión de la oposición.
Las manifestaciones continuaron en la mayoría de las ciudades el jueves. Los manifestantes marcharon y establecieron barricadas para bloquear carreteras.
El líder de la oposición, Luis Fernando Camacho, quien lideró las protestas en Santa Cruz, llegó a la capital de La Paz. Planeaba intentar entregar una carta a Morales exigiendo su renuncia.
Una delegación de la Organización de Estados Americanos se encuentra en Bolivia llevando a cabo una auditoría de las elecciones. Los resultados se esperan la próxima semana.
La oposición, liderada por el ex presidente Carlos Mesa, rechaza la auditoría. Él dice que sus términos fueron acordados "unilateralmente" por el gobierno y la OEA, sin consultar a la oposición u otros grupos de la sociedad civil.
Mesa llegó a menos de un punto porcentual de forzar una segunda vuelta contra Morales, quien ha estado en el poder durante 14 años. Las sospechas sobre posibles fraudes electorales surgieron luego de un alto de 24 horas en el informe de los resultados de la votación.
Los votantes se enojaron por la negativa de Morales a aceptar los resultados de un referéndum de 2016 para mantener los límites en los términos presidenciales. Una decisión posterior del máximo tribunal electoral del país le permitió buscar un cuarto mandato.
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