Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
Este domingo 6 de junio, millones de peruanos tienen una cita con las urnas a fin de elegir al hombre o a la mujer que presidirá el Poder Ejecutivo durante el quinquenio que corre entre el mediodía del 28 de julio de 2021 y el medio día del 28 de julio de 2026.
Tendrán que escoger entre la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien ganó el derecho de participar en esta segunda vuelta al obtener poco más del 13 por ciento de los votos válidos, y el candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, quien, sorprendiendo a tirios y troyanos, logró que cerca del 19 por ciento de la misma categoría de votos premiase a su propuesta política.
El electorado peruano tendrá que decidir si canaliza mayoritariamente el voto hacia la hija del expresidente Alberto Fujimori, quien purga prisión por crímenes de lesa humanidad, o por un cajamarquino de 51 años, maestro de escuela y líder gremial, al igual que exrondero, quien ha salido al paso en esta segunda vuelta enarbolando las banderas del cambio.
Quién, en sus cabales, hace tan solo tres meses, hubiera imaginado con auspicio creciente en la segunda vuelta a la hija del político que, tras dar cuenta de las aspiraciones presidenciales del escritor Mario Vargas Llosa la jornada electoral del domingo 10 de junio de 1990, a partir de la segunda semana de agosto del mismo año, implementaría el llamado paquete de medidas neoliberales.
Quién, en el mismo momento, con dos dedos de frente, hubiese dicho que sería el candidato de Perú Libre a quien le correspondería decirle al electorado que con él el cambio del modelo económico sería posible. Pues, ciñéndose él a lo que contempla la ley, propondría la vía de una Constituyente.
Nadie hubiera entrevisto la lucha enconada que en el marco de un país polarizado al extremo librarían la defensora del balance de lo que se ha hecho en el Perú durante las últimas tres décadas en nombre del modelo económico encarnado en la Constitución del 1993 y el hombre que propone voltear definitivamente la página de la solución neoliberal.
El llamado Modelo Neoliberal que, tras treinta años de haber regido los destinos económicos, sociales y políticos en nuestro país, en medio de la pandemia de la Covid-19, muestra dramáticamente, con las más de 180 mil víctimas mortales, dramáticamente sus falencias, indicando que ha llegado la hora o de la reforma o del cambio del texto que lo sustenta.
La jornada electoral de este crucial domingo 6 de junio dirá si el maestro de escuela chotano, expresión política básicamente de las clases populares y de un ebulliciente regionalismo que reclame igualdad de trato con la capital, en esta hora de definición, ha logrado hacer frente al vendaval mediático de quienes creen que el modelo neoliberal da para más, sosteniendo que él, Pedro Castillo, va a traerse abajo todo lo que se ha logrado. Algo que Pedro Castillo niega en nombre de hacer del Perú un país más justo; claro que sí, sostiene él, pero en democracia.
GA
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