Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
Todo parece indicar que a Salah Abdeslam los 130 muertos y los cerca de 400 heridos, trágico saldo de los atentados del 15 de noviembre de 2015, poco le interesan. Que tan solo eran medios a los que, en la noche de ese segundo viernes de noviembre de 2015, echaron mano para hacer avanzar la causa del grupo yihadista Estado Islámico.
Salah Abdeslam fue hoy miércoles 15 de noviembre el último inculpado en hacer uso de la palabra en la audiencia, la sexta en lo que va del proceso, del tribunal de justicia penal que lo procesa junto con 19 inculpados más. Antes de empezar advirtió que "quizás hable un poco más" que los otros trece coacusados, pues 6 son juzgados en ausencia.
No se fue por la tangente, justificó los ataques y asumió sin tapujos las tesis de la organización yihadista Estado Islámico (EI). Y haciéndolo, adoptó una posición más bien extraña, se subraya en los medios de comunicación franceses, en un juicio de índole islamista, procesos caracterizados por el hecho que los protagonistas niegan responsabilidad en los hechos perpetrados.
No solo eso, el yihadista tratando de sacar provecho de la situación, lanzó una propaganda popia del Estado Islámico, harto conocida, "Queríamos que Francia sufriera el mismo dolor que nosotros sufrimos", dijo.
"Sé que algunas de mis palabras pueden ofender, sobre todo a las almas sensibles", dijo asimismo antes de añadir: "Mi objetivo no es hundir el cuchillo en la herida, sino decirle a la gente la verdad. Lo mínimo que podemos darles es nuestra sinceridad. Dicen que soy provocador, pero quiero ser sincero con estas personas y no mentirles. Gracias por escucharme".
Luego tomó asiento, no está demás decir que las palabras de Salah Abdeslam no suscitaron ninguna reacción entre los presentes.
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