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Domingo 03 de octubre 2021

Vladimir Cerrón y la captura del poder, a como sea

Por: Fernando Valdivia Correa
Vladimir Cerrón y la captura del poder, a como sea
Foto: Difusion

En lo que significó su primer viaje al exterior como Presidente de la República (del 17 al 22 de septiembre de pasado), que incluyó la ponencia ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Pedro Castillo Terrones invitó a los empresarios a invertir en el Perú, reconociendo -al menos de palabra- el importante rol que cumple el sector privado en nuestro país. Sin embargo, a los pocos días, y ya de retorno en nuestra capital, su Premier Guido Bellido lanzó un desvergonzado comentario vía Twitter a favor de la nacionalización del gas de Camisea; vale decir, exactamente todo lo contrario a lo afirmado por el mandatario. Y, aunque recientemente el propio Castillo se ha esforzado por aclarar que no se arrebatará la propiedad privada, ya el enorme daño está hecho.

Paralelamente, a horas de la interpelación a Iber Maraví en el Parlamento, un lenguaraz Bellido aseguró que ante una eventual censura harían uso de la CUESTIÓN DE CONFIANZA. En la noche del mismo día, un grupo de Congresistas, a la cabeza de su Presidente, se reunieron con Castillo en Palacio, quien les aseguró que esta figura jurídica no estaba en agenda. No obstante, con los ánimos caldeados, ya de nada valió la exposición, incluyendo sus respuestas y disculpas, del camarada Bonifacio, toda vez que a la fecha la oposición tendría los votos suficientes para la censura.

A todo esto, ¿Qué viene ocurriendo al interior del gobierno?, o mejor dicho ¿Por qué está cacofonía entre el Presidente y su Primer Ministro?. Para tener una aproximación a la respuesta, habría que remontarnos al pasado, no tan lejano para no caer en el aburrimiento. A partir del 2018, Castillo era mínimamente recordado como el sindicalista del magisterio que un año atrás le plantó cara al gobierno de turno y paralizó la educación a nivel nacional por cerca de dos meses. En esa misma fecha, Vladimir Cerrón era un personaje político regional que preparaba su campaña para una nueva elección al GORE Junín. Y lo logró, aunque la suerte le sonrió por unos meses pues fue sentenciado por corrupción e inhabilitado por tres años para ocupar puestos públicos. Ante ese panorama, y con ansias de incursionar en la política nacional, vio su “trampolín a la fama” con tentar la Presidencia de la República. Sabiendo que no podía, reclutó al “maestro agitador”, que contaba con cierto arraigo popular en los alrededores de Cajamarca, poniéndole todo a su servicio. Sí, TODO, desde personal (de confianza, seguridad, traslado), logística (traslado, hospedaje, viáticos), etc.

Castillo probablemente no sabía el enorme reto a enfrentar ni el cargo a representar (obviamente esto es corroborado desde el 28 de julio a la fecha), pero sí quien, o mejor dicho quiénes eran sus acompañantes, así como la franquicia que lo llevaba a candidatear, y por supuesto que leyó -así sea de reojo- el ideario de #PerúLibre. Como premio consuelo, y talvez pensando que no tendría muchas expectativas de pasar a segunda vuelta (como le ocurrió oportunamente a Susana villarán cuando postuló a la Alcaldía de Lima), colocó como candidatos al Congreso a sus amigos, como él: profesores.

En la cuenta regresiva al arribar a Palacio (aunque en realidad los primeros días de gobierno siguió quedándose en el inmueble de Breña), pronto se dio cuenta de las pretensiones de copamiento por parte de las huestes de #PerúLibre, y específicamente de Cerrón. Nuevamente, logró colocar algunos ministros directamente o por recomendación de terceros. A esto, añadirle como otra debilidad del mandatario, el total desconocimiento de la gestión pública; ergo, el manejo del Estado en todos sus niveles.

Entonces, se instaló al interior del ejecutivo dos grupos de poder. El primero, de la mano del Presidente, acompañado por Maraví, Boluarte, Francke, entre otros; mientras que el otro bando encabezado por Bellido, respaldado por el inefable Vladimir. A nivel parlamentario, también hay fragmentación en la bancada del lápiz. Un grupo, liderados por Cerrón (sí, el hermano del corrupto), imponiéndose siempre a las decisiones (o indecisiones) de los moderados o silenciosos afines al profesor.

Pruebas irrefutables son las destempladas declaraciones de Bellido despidiendo vía Twitter a Oscar Maurtua y su vicecanciller; o, el proyecto de ley de control de medios presentada por el oficialismo, alentada por Cerrón y el Premier; o, la insistente propuesta de Asamblea Constituyente incentivada por el partido oficialista, que genera no solo fricciones en el gabinete, sino un amplio rechazo de la ciudadanía en general.

¿A que juega Cerrón?. La respuesta cae de madura: LA CAPTURA DEL PODER. Y esto se dará ¿por la razón o por la fuerza, o por la fuerza de la razón?. La estrategia utilizada por Cerrón, que no es nueva pues ha sido y es aplicada en otros países, es primero generar caos, confusión, desorden, problemas, etc. Y si estos existen, acrecentarlos. Ejemplos de ellos, el decidido respaldo presidencial a la continuidad de Maraví, a pesar que diversas tiendas políticas y todos los medios de comunicación le han pedido la renuncia de este. La obstinación de Castillo crea un innecesario ambiente de fricción con el Parlamento. O, la velada amenaza a la prensa (el citado proyecto de ley de control de medios), que conociendo de antemano que no será norma legal por inconstitucional, persisten en la idea con la finalidad de generar debate en la opinión pública sobre la labor que desempeñan, propiciando además agresiones cada vez más descaradas a los hombre/mujeres de prensa por parte de “espontáneos ciudadanos”, impidiendo con ello que ejerzan su trabajo. El propio Castillo sigue sin dar conferencias de prensa. En este punto, cabe resaltar el comentario del Titular del MTC quejándose de los supuestos golpes que le propina el canal del estado, amenazando con la censura, y aunque a los minutos se rectificó, la infeliz frase ya quedó escrita.

La segunda,apelar al sentimiento de la población, aquella evidentemente desprotegida y abandonada por el Estado. Personas con años de frustraciones y desesperanza, cuyas expectativas de desarrollo (comunitario) y progreso (personal y/o familiar) han ido postergándose a pesar de las múltiples promesas de campaña en las últimas cuatro décadas (o quizá más). Hablarles, por ejemplo, que existen “ricos” como el Consorcio Camisea que “se lleva la plata y no paga el precio, robándose el gas de todos los peruanos”. Esto vende, y muy bien. Y, la tercera, la devaluación de la “palabra de maestro”. Las declaraciones del mandatario son frecuentemente aclaradas, rectificadas y, en varios casos, desmentidas por integrantes del propio ejecutivo, trayendo como consecuencia que su palabra cada vez valga menos; es decir, la credibilidad ante la opinión pública -si acaso alguna vez la tuvo- es permanentemente cuestionada.

Nos encontramos así frente a una encarnizada pugna de poderes al interior del propio gobierno, donde lamentablemente para los intereses de nuestro país, sigue extendiéndose la nociva influencia de sentenciado Cerrón en las decisiones que debiera corresponder a Castillo, con la complacencia y comodidad de este último, sin pronunciar palabra alguna. Menos quejarse o cuestionar. Y mucho menos, atreverse hacer cambios en el gabinete.

A la incertidumbre de no saber el tiempo que tomará esta crisis interna, es oportuna la interrogante ¿Cuánto tiempo más aguantará el Perú?.

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