Se inicia en Egipto la COP27 sobre el Cambio Climático

Un año después de la cita de Glasgow una nueva Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático la diplomacia global, la COP27, reúne a la diplomacia planetaria. Hoy 6, de noviembre se ha dado inició oficlal a la cita que congrega a cerca de 200 países, cuyos representantes tienen muy presente que el objetivo mayor que tienen ante sí es disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Siete años después de la COP21, llevada a cabo en París a finales de 2015, lejos se está del triunfalismo del Acuerdo de París. Entonces se sostuvo que las emisiones de gases de efecto invernadero se debían reducir entre un 40 y un 70 por ciento en 2050 en comparación con el año 2010, alcanzando un nivel cero en 2100, si lo que se deseaba lograr era limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados en 2100, en comparación con anterioridad a la era industrial. Pocos de los entonces presentes dudaban que aquello no sería posible. Hoy, pocos podrían decir que se logrará tal cometido. 

La tarea se anuncia ardua para los más de 35.000 delegados que se darán cita al evento que contará entre los presentes al presidente estadounidense Joe Biden, al presidente francés Emmanuel Macron, al canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro británico Rishi Sunak y más de 100 jefes de Estado, de acuerdo a lo informado por el organismo de Naciones Unidas responsable del clima.

El propósito de esta conferencia es materia de controversia. Los países pudientes a nivel planetario desean concentrar sus esfuerzos en las estrategias con miras a brindar ayuda a los países en desarrollo a reducir el uso de combustibles fósiles y llevar a cabo la transición a energías renovables. Por su parte, los países en desarrollo, lo han hecho saber, tratarán de lograr un compromiso con respecto a los fondos que requieren para hacer frente a los desastres sufridos a causa del clima. 

De lo que se trata para los países en desarrollo es crear un nuevo fondo que les permita financiar la reubicación de poblados vulnerables o que ayude a compensar la perdida de crecimiento económico debido a inundaciones, tormentas y olas de calor cada vez más intensas. Algo que no es bien visto por países como los Estados Unidos. Han mostrado oposición a la idea de un nuevo fondo, pues este mecanismo podría hacerlos responsables colaterales por los daños generados por los fenómenos de cambio climático.