Jueves 09 de mayo 2024 | Contáctenos
Pocos, por no decir nadie, al iniciarse el mes de octubre del algo ya lejano 1973 creía en Israel que los países árabes lanzarían un ataque contra trerritorio israelí. Saber que al final perderían, estaban convencidos los servicios de inteligencia del estado de Israelí, haría que nadie se atreviera a optar por tal medida. El 6 de octubre de 1973, el consenso, la llamada conseptia, de la Inteligencia hebrea se vino por los suelos. Atrás quedó la vistoria de apenas seis días, cuando tomaron Gaza y el Sinaí a Egipto, Jerusalén Este y Cisjordania a Jordanias y los Altos de Golán a Siria.
De no haber sido por cerca del centenar de aviones, entre ellos 40 F-4 Phantom, 36 A-4 Skyhawks y 12 de transporte C-130 Hércules, y las más de 30 mil toneladas de material, además de las 22 mil toneladas de tanques, que los norteamericanos hicieron llegar en el marco de la Operación Nickel Grass, otro quizá hubiera sido el desenlace de aquel conflicto que se prolongó hasta el 25 de octubre de aquel año poniendo en jaque durante algunas de sus sangrientas jornadas al Estado de Israel.
El pasado sábado 7 de octubre por la mañana, a cincuenta años y un día del inició de la Guerra de Yom Kipur, aprovechando el Sucot, una festividad de origen bíblico que recuerda las avatares del pueblo de Israel durante su andar, en medio de la precariedad, por el desierto, milicianos de Hamás cruzaron la frontera que separa la franja de Gaza del Estado de Israel para iniciar un ataque, cuyo saldo en vidas humanas supera el número de setecientos y varios miles de heridos, además de más de 100 rehenes en manos de Hamás.
A poco más de dos días de iniciado este cruento ataque, a muchos, no solo en Israel, les cuesta dar crédito de lo sucedido el sábado por la mañana, cuando en apenas unas horas, desde la Franja de Gaza fueron lanzados, de acuerdo al Ejército de Israel, unos 3 mil cohetes, unos 4 mil más, superando así la cifra de 7 mil, según Hamás. O la inteligencia israelí no disponía de la información sobre los preparativos del grupo islamista creado en 1987, algo que costaría también creer, o simplemente no anticipó, con los datos a su disposición, que Hamás estaba poniendo a punto lo que el mundo presenciaría.
De acuerdo a Eyal Hulata, asesor de seguridad nacional del anterior gobierno (2021-23) y expresidente de Consejo de Seguridad Nacional, "Claramente, la inteligencia militar ha fallado a la hora de detectar este ataque". "Es un fallo devastador. No hay duda de que nos tomado por sorpresa", añadio Hulata, para quien las milicias Hamás han querido emular lo sucedido hace exactamente medio siglo cuando se ignoró las aertas contra la seguridad de Israel y no se tomó debidamente en cuenta el potencial militar de Siria y Egipto. Algo que le costaría más de 2600 soldados muertos al Ejército de Israel.
Del mismo punto de vista es el mayor retirado Giora Eiland, para quien el sábado 7 de octubre "Es un día muy duro, exactamente 50 años después del día más difícil de la guerra de Yom Kippur, al día siguiente del ataque cuando nos dimos cuenta de que estábamos en otra guerra. Hasta este momento, hoy todo es muy parecido". "Un ataque que le ha tomado completamente por sorpresa muy bien coordinado de Hamás", añade Eiland, Giora Eiland, exdirector del Consejo de Seguridad Nacional de Israel.
A estas dos voces se suman otras que se inclinan por el error de apreciación de la Inteligencia israelí. Para Kobi Lavie, exjefe de la rama de asuntos palestinos en el Ministerio de Defensa de Israel, que tiene que ver con las cuestiones civiles de la Franja de Gaza y Cisjordania, "Es imposible organizar una operación de esta envergadura en la Franja de Gaza sin que Israel lo sepa. La información de inteligencia existía. Lo que ha fallado es la comprensión de esa información. Hace tres o cuatro meses que se viene hablando de una guerra. Pero es imposible para cualquier ejército estar preparado permanentemente para algo que no se sabe cuándo sucederá".
De acuerdo a Kobi lavie, en declaraciones para el diario español El País, el parecido con lo sucedido en 1973 es flagrante. "Desde el punto de vista militar, había un enfoque similar al de 1973, pese a las diferencias. Y era que Hamás no quería alterar el statu quo, salvo generar un poco de lío para que Qatar aumente su apoyo, pero que no preparaba nada grande", precisó añadiendo que no tenía "Dudas que el propio Hamás se ha sorprendido de la facilidad con la que pudo entrar".
Cualquiera sea el escenario del desenlace del conflicto iniciado el sábado pasado por la mañana, sin duda alguna favorable a Israel, todo indica que el Estado israelí, cuyas fuerzas armadas descollan entre las mejores a nivel planetario, tendrá que evaluar su política de seguridad para proteger la frontera con la Franja de Gaza, un paso considerado hasta hace poco más de 48 horas como infranqueable. Un ejercicio que por lo que se oye y lee ya se inició.
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