Kabul.- Un nuevo escándalo sacude al Ejército norteamericano. El Departamento de Defesan de EE UU ha reconocido que investiga a 12 soldados bajo los cargos de disparar por diversión a civiles en Afganistán.
Según revela el diario The Guardian, se trata de una de las más graves acusaciones de crímenes de guerra en Afganistán, por lo que el Pentágono está manejando el asunto con la más estricta reserva.
Las primeras investigaciones señalan que el “grupo de la muerte” estaría conformado por cinco militares que asesinaron a tres hombres afganos en diferentes ataques y siete más que encubrieron los asesinatos. Se habla incluso de que los militares coleccionaban los dedos de sus víctimas como recuerdo.
Los implicados, que pertenecen a la brigada de infantería de EE UU en la provincia de Kandahar, al sur del país, han negado los cargos.