Luis Urzúa fue el último minero en ser rescatado de la mina de San José de Copiapó, en el norte de Chile. El presidente de Chile, Sebastian Piñera, manifestó que "todos están sanos y salvos".
Con el rescate de Florencio Ávalos, de 31 años, Chile y el mundo entero empezó a vivir prácticamente una novela de inicio a fin. Cada salida fue celebrada por todos con lanzamiento de globos al aire y el sonido insistente de sirenas. Padres, madres e hijos se reencontrarían tras 70 días bajo los escombros.
Con el pasar de las horas, incluso, se pensó saldrían mañana jueves; sin embargo, la cápsula especial no defraudó a los familiares de los obreros atrapados que en estos momentos pensarán dos veces antes de despedirse de ellos. Al menos, la resignación jamás fue premisa para las autoridades mapochas e internacionales, ni cadenas televisivas ni medios escritos.
Por otro lado, se pudo constatar que cada minero salió con lentes de sol, que finalmente serían entregados por la empresa Oakley. Un representante de la firma afirmó que sirven para aplacar las luces de las maquinarias instaladas en el centro minero. Dichas gafas cuestan en promedio 260 dólares en el mercado estadounidense.
Por último el presidente de Chile, Sebastian Piñera, agradeció a los millones de personas que estuvieron al tanto de la extracción de los mineros y que contribuyeron con sus plegarias al éxito de la operación. Con un mensaje de esperanza, culminó: "Todos salieron sanos y salvos".