Los científicos de la University of Rochester, al analizar a 224 mujeres en tratamiento por cáncer de mamas, se dieron cuenta que un 66% de ellas tenían una severa y moderada deficiencia de vitamina D. Esta deficiencia era particularmente alta entre las mujeres no caucásicas y entre quienes estaban en una etapa avanzada de la enfermedad.
Aunque los científicos creen posible que algunos de los beneficios atribuidos a la vitamina D están más vinculados al índice de masa corporal y a los niveles de actividad, la investigación demostró que varios tejidos y células del cuerpo humano tienen receptores de vitamina D, haciéndola una potente reguladora de actividad y crecimiento celular.
Los investigadores descubrieron que la vitamina D podría mejorara la reparación de ADN, reducir inflamaciones y estimular la muerte de células malignas.