París.- La mano de Dios lo sostuvo con fuerza y evitó un terrible final. Un bebé de apenas 18 meses se salvó de morir luego de caer de un edificio de ocho pisos en la capital francesa.
Según las primeras investigaciones de la Policía los padres de la criatura lo habían dejado con su hermana de tres años. Al parecer el bebé, se escabulló gateando hasta una venta posterior del departamento en París y cayó para luego rebotar en un toldo de un restaurante 70 metros abajo y caer en los brazos de un transeúnte.
Los primeros exámenes médicos no hallaron lesiones, dijo la Policía, aunque sí se estudian sanciones a los irresponsables padres.