Elsa Rojas Pérez vivía con su menor hijo de 3 años en la Unidad Politécnica de Integración Social (UPIS) Mario Biggio en Chincha. Esta se encontraba durmiendo en su rústica morada, cuando de pronto se levantó y no encontró a su pequeño hijo a su lado.
Desesperada la madre llamó a sus vecinos presumiendo un raptó. Pero otro fue el desenlace, cuando un poblador de la UPIS halló al pequeño sin vida con una franela en el cuello al parecer ahorcado.
Elsa Rojas acusa del homicidio de su pequeño a Julio César Palomino, padre del menor asesinado.
La madre y los vecinos lo culpan, porque Palomino continuamente amenazaba a Elsa con asesinar al pequeño por pedirle manutención. En otra ocasión, ya había intentado acabar con la vida de su propio hijo con un cuchillo.