Las Vegas.- Armada con su larga y portentosa melena rubia y una sartén, Rapunzel ha desterrado en Enredados la imagen típica de princesa de cuento frágil e indefensa en una arriesgada apuesta de Disney por modernizar sus clásicos.
La película número 50 de los estudios del ratón Mickey combina las técnicas más actuales de animación con una historia dramática contada con sentido del humor donde no falta la música, los castillos, las brujas y los encantamientos.
Enredados supone un cambio drástico con respecto a Tiana y el sapo (2009), de factura más tradicional, y presenta a una protagonista decidida a vencer sus miedos y hacer realidad su sueño con un carácter que recuerda más a Hannah Montana que a Blancanieves.