Roma.-El Vaticano salió al frente hoy de las críticas que acusan al papa Benedicto XVI de ser muy blando con el escándalo de abusos en la iglesia y publicó documentos que muestran que desde 1988 trató de expulsar a sacerdotes pederastas.
En aquella época el todavía cardenal alemán Joseph Ratzinger, jefe de la Congregación de la Doctrina de la Fe, envió una carta a Juan Pablo II quejándose de que las leyes de la iglesia dificultaban excesivamente expulsar a los abusadores si éstos no habían solicitado ser apartados del sacerdocio voluntariamente.
Ratzinger pidió un procedimiento “más rápido y simple” que un engorroso juicio eclesiástico para castigar a aquellos sacerdotes que “durante su ministerio fueron hallados culpables de comportamiento grave y escandaloso”.