California.- Un hombre se clavó por accidente un clavo de 8 centímetros entre la nariz y la boca cuando su herramienta se disparó por error. Para suerte de este hombre, el clavo se alojó exactamente a un milímetro de su cerebro y no lo comprometió en nada.
Todo esto ocurrió cuando el hombre se disponía a arreglar el techo de su casa y accidentalmente disparó su herramienta para el lado equivocado. Este hombre de 28 años de apellido Benavidez comprometió su paladar con el clavo.
Benavidez también confesó que en el momento no se dio cuenta de lo que había sucedido hasta que vio un chorro de sangre cayendo por su boca. “No me dolió, pero yo sabía que algo andaba mal. Entonces sentí algo con mi lengua”.
Al llegar al hospital los médicos se sorprendieron por la suerte que tuvo este hombre ya que el clavo no llegó a su cerebro por un milímetro.