Las fuertes nevadas y las bajas temperaturas a lo largo del norte de Europa sigue causando grandes dificultades en el transporte aéreo, en las carreteras y en los ferrocarriles.
Por ejemplo, los vuelos desde el aeropuerto Charles de Gaulle de París, fueron suspendidos; los autobuses en la capital francesa fueron detenidos y se cerró al público la Torre Eiffel.
Asimismo sufren retrasos por las bajas temperaturas los vuelos desde Amsterdam, Berlín y Ginebra.
La mayoría de los trenes de alta velocidad entre las principales ciudades europeas fueron cancelados.
En Escocia, las autopistas se mantienen cubiertas de nieve con cientos de automóviles abandonados por sus propietarios.