Oslo.- Ante la presencia de representantes de más de 40 países y la asistencia de los reyes de Noruega, se celebró en Oslo la ceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, quien se encuentra encarcelado en su país.
La ceremonia, que días atrás corrió el peligro de suspenderse, dejó al final una silla vacía para representar al disidente que es conocido por su lucha por la democracia en el gigante asiático y que es considerado un “subversivo” por el régimen comunista. Ni su familia puso asistir al evento.
El presidente del Comité Noruego, Thorbjørn Jagland, ha recordado que la última vez que se le prohibió tanto al premiado como a su familia asistir a la ceremonia fue en 1935; ni el pacifista galardonado, Carl von Ossietzky, ni su familia pudieron asistir a ese evento, bajo órdenes expresas de Adolf Hitler.