Jerusalén.- El anuncio de la caída de Hosni Mubarak, su mayor aliado árabe en la región, ha provocado el sobresalto de las autoridades israelíes que ya han comenzado a analizar el impacto en la geopolítica regional.
La renuncia llega en momentos en que en Israel se vive el shabat –descanso semanal– y la quietud domina a casi todas las ciudades del país, mientras su autoridades intensifican sus llamadas telefónicas.
Por lo pronto, un funcionario israelí, quien prefirió mantener el anonimato, aseguró a la agencia Efe, que Jerusalén espera que Egipto tenga una transición “sin sobresaltos”.
“Esperemos que en Egipto y en los países vecinos la transición hacia la democracia se realice sin sobresaltos”, declaró este responsable gubernamental, quien reiteró que Israel considera necesario mantener vigente el tratado de paz concluido entre ambos países en 1979.