El Cairo.- Sin el poder de Egipto su vida ya no tiene sentido. El ex presidente egipcio Hosni Mubarak, quien el pasado viernes renunció luego de 30 años de gobierno, se está dejando morir.
Según informó hoy el diario saudita Asharq al-Awsat, el octogenario político se resiste a tomar sus medicamentos y se niega a viajar al extranjero para ser atendido por médicos.
“Su estado de salud está empeorando drásticamente. Además, hay informaciones que aseguran que está rechazando recibir el tratamiento médico que requiere”, señaló la edición on line del periódico.
“Mubarak ha pedido a todos los que le rodean que le permitan morir en su país, lo que considera que ya es cuestión de tiempo”, añade la publicación.
Actualmente, Mubarak se encuentra refugiado en el balneario de Sharm El Sheik en las costas del Mar Rojo.