Washington.- “Nuestro objetivo era matar”. Así respondió el soldado estadounidense Jeremy Morlock al momento de ser declarado culpable por los asesinatos de tres civiles afganos.
Durante el juicio realizado en una base militar, Morlock se adjudicó la muerte de los civiles por mero placer en complicidad de otros cuatro soldados durante una misión en Afganistán.
El asesino confesó que luego de los asesinatos les colocó armas afganas para hacerlos pasar por combatientes enemigos, hecho que fue repudiado por los presentes en la corte.
Lo sorprendente es que el sujeto sólo purgaría prisión de por vida y no sería ejecutado, como sucede en otros casos similares