Un 'pastelito' salido de un cuento de hadas. Este no tiene precio, sino un valor de majestuocidad y brillo que, pasadas las horas en Sudamérica, ya debe haber sido degustado por los más selectos paladares de los duques de Cambrige, Guillermo de Gales y Kate de Middleton.
Así, la obra maestra de confitería cubierta de crema y glaseado blanco y decorada con hasta 900 flores de delicada pasta de azúcar fue el centro del escenario en la recepción del Palacio de Buckingham. Fue hecha por la empresa de tortas Fiona Cairns en tiempo récord.