Me cuesta poner esta foto publicada por Expreso, pero lo hago con el propósito de que se sepa a qué nos confrontamos. Ese es el cuerpo sin vida del obrero John Guerrero Pérez que cayó abatido
No a delincuencia y a la violencia en San Martín de Porres
No permitiremos que estos flagelos avancen en la Urbanización San Germán
Hace tres días, para ser más exacta el viernes 18 de noviembre hacia el mediodía, un hombre de 26 años, obrero él que respondía al nombre de John Guerrero Pérez, recibió cinco balazos a quemarropa, disparados al parecer por un grupo de sicarios que descendieron raudos de automóvil. Según testigos, el mozo se desplomó y nada se pudo hacer ante el violento ataque que finalmente puso término a los días de este obrero de la construcción civil que en su desesperación clamaba por una ayuda que nunca llegó.
Nadie, presa de seguro del temor ante la presencia de los furibundos asesinos, accedió a los desesperados requerimientos de este joven. Nadie en la octava cuadra de la avenida Germán Aguirre de la urbanización San Germán en San Martín de Porres se atrevió a mover un dedo, todos se limitaron a escuchar el chasquido de las armas que en conjunto arrojaron 15 disparos, tal como muestran igual número de casquillos que los miembros de la Policía Nacional del Perú encontró cuando llegó al lugar de los hechos sobre el pavimento.
Guerrero Pérez, que quede claramente establecido, no es el primero en caer en esta cruel manera. Y que quede claro también, no será el último. Este hombre que es llorado seguro por sus seres queridos y amigos, desgraciadamente, es tan solo un número y un nombre más en la larga lista que cobra la desenfrenada violencia en la capital de nuestro país y, muy en particular, en el distrito de San Martín de Porres. Distrito en el que ningún lugar ni zona queda libre hoy de la violencia que se expresa en múltiples y degradantes formas.
Los vecinos de San Germán somos hoy, al igual que los del resto del distrito, prisioneros de todos aquellos que hacen uso de la violencia para imponer su ley, la ley del hampa, la norma de la prepotencia y de la brutalidad. Yo me rebelo, renuncio a quedarme callada y levanto mi voz para, en primer lugar, dirigirme a mis vecinos y conciudadanos de la Urbanización San Germán y zonas aledañas, a fin de decirles que no debemos quedarnos con los brazos cruzados y permitir que la delincuencia y la violencia ganen espacio en nuestras vidas, y nos conviertan en simples marionetas de sus bajos intereses.
Levanto mi voz y enrostro a las autoridades su ausencia e ineptitud a la hora de hacer frente al mal vivir que quiere cubrir con su manto negro a todo un distrito en el que el honesto emprendimiento se abre paso día a día frente a la adversidad. San Germán, señor Alcalde, señor Comisario, señor Gobernador, al igual que el resto del distrito y de distritos de la ciudad capital, necesita de organización social para hacer frente a la delincuencia. ¡Seguro que sí! Pero también requiere hoy que sus autoridades dejen de darle la espalda, para enfrentar y triunfar sobre la delincuencia. Ustedes tienen la palabra.
No nos abandonen, no hagan oídos sordos a nuestros pedidos. La muerte del joven John Guerrero Pérez pudo, señores, ser evitada de contar este lugar con la presencia policial necesaria a través de una simple y modesta caseta ubicada en la intersección de las avenidas Germán Aguirre y Villaverde. ¿Qué les cuesta acceder a nuestra demanda y complementar los denodados esfuerzos que nosotros desplegamos a fin de mantenerla en forma particular? Señores autoridades de nuestro distrito y de la capital, ustedes tienen la palabra. La mala acción es madre del delito; la omisión, créannos, es un pariente muy cercano del acto vil.
San Martín de Porres, 21 de noviembre de 2011