No tenía la mayoría de edad pero formaba parte de una de las más temibles bandas de Trujillo. Un adolescente de 16 años fue capturado por agentes encubierto que lo tenían en constante vigilancia, cuando se disponía a recoger dinero producto del delito.
Disfrazados de mototaxistas, los efectivos policiales procedieron a reducir al menor que sólo era utilizado como carnada por los verdaderos jefes de la organización.
La banda de extorsionadores venía haciendo llamadas a un médico pidiendo una cantidad de 2 mil soles para que el galeno ni sus familiares no sufrieran ningún atentado.
Durante su detención el adolescente reveló que entre sus secuaces se encontraba Fran Terrones González.