Vayamos juntando victorias

A la hora de los balances anuales, aporto una mirada sobre lo que me parece un conjunto de victorias peruanas a lo largo del 2011, para verlas en la dinamicidad de un proceso más que en la perentoriedad de un suceso.

Me parece formidable la acogida y la repercusión de la MARCA PERÚ. Si bien es una herramienta promocional de nuestros productos, que hoy las empresas se apresuran a mostrar como una prueba de su compromiso y calidad, es mucho más que eso. Hay una identificación masiva y una sensación de pertenencia que nunca antes había ocurrido. La iniciativa lanzada el 2009 ha tenido un periodo de maduración, se ha concretado en un símbolo y en una actitud que hoy se muestra, con orgullo, por todas partes.

Me gusta mucho que la INCLUSIÓN se vaya convirtiendo en una meta nacional. Más que una política de Estado –que merece resaltarse- debiera ser una actitud consciente y cotidiana de todos quienes decimos amar a nuestro país. La inclusión es inherente a nuestra diversidad, nuestro mestizaje, nuestras culturas, nuestras potencialidades y nuestro futuro. Y es una expresión de la justicia social para quienes creemos en ella.

Debajo del hecho doloroso e inconcluso y de varias leyendas destinadas a vender, en el caso de la extraña muerte del joven Ciro Castillo Rojo García subyace otra historia de valor ejemplar: la reivindicación del AMOR DEL PADRE. La valerosa y sacrificada tenacidad del médico Ciro Castillo Rojo Salas es imposible de soslayar. Aporta o hace evidente un aspecto que fortalece el rol del binomio padre-madre al frente de la familia, convocando con su actitud a los padres, en demasiados casos  renuentes a toda abnegación. 

En Mistura 2011 se dieron cita diez días de fiesta gastronómica, cerca de 400,000 asistentes y los ocho mejores chef del mundo. Año fecundo en premios obtenidos, restaurantes que se abren, publicaciones, invitaciones y elogios importantes. Estamos felices y orgullosos con nuestra comida y con nuestros alimentos, maravilla de sabores, aromas y colores. Nos falta agradecer más a quienes los cultivan y preservan. Pero el triunfo más grande de la madre de tanta delicia: es el gran triunfo de la PACHAMAMA.

La firma de compromisos internacionales suele quedar reservada para alguna información periodística y una nueva obligación de los funcionarios de carrera. Esta vez, con la firma del ACUERDO DEL PACÍFICO en abril, tengo la ilusión de ver en marcha una próxima alianza victoriosa que una al Perú con México, Panamá, Colombia y Chile.  Fortalecidos sus mecanismos de integración, seremos el amplísimo atractivo cultural, productivo y comercial que el amplio mundo espera al otro lado del océano.