Intitulo así este artículo pues considero que en orden de importancia siempre debe estar primero nuestro terruño, nuestro hogar, es decir Lima. Luego el genuino ejercicio de la democracia participativa como el proceso de revocatoria y por último, pero no menos relevante, a la alcaldesa Susana Villarán.
Lima tiene casi 9 millones de habitantes, cumple en unos días 477 años de fundación, está pasando por un proceso de modernización vigorosa (algo desordenada) y de mayor acceso a servicios básicos, pero con caos vehicular e inseguridad en las calles. A pesar de ello ¿es verdad que Villarán está haciendo una gestión tan mala que justifique que la expulsemos del sillón municipal? PERSONALMENTE NO LO CREO. La ciudad no se ha caído, sigue viva. Entonces ¿cuál es la razón por la que sólo el 18% de los limeños aprueba su gestión? El grave problema de la alcaldesa Susana y su gente es POLÍTICO. Además de generar mucha expectativa y no cubrirlas, no tiene el apoyo político de ninguno de los 42 alcaldes distritales.
Hasta la fecha no hemos visto un mea culpa sincero y efectivo de la primera vecina. Peor aún, no ha sabido hablar, ni comportarse como autoridad esforzada y eficaz. La gente la percibe como una persona muy relajada y poco trabajadora (Lady Vaga, Villaharagán, Lentejita, etc) y echarle la culpa a los medios de filo montesinista de su baja popularidad, es intentar sorprender a la mediana inteligencia.
En ese sentido, sabiendo que en la política nacional las falacias son parte del discurso, no coincido con nuestra alcaldesa cuando afirma que Lima perderá con una posible revocación suya. Al contrario, muchos limeños recién se han percatado de la existencia de este mecanismo de participación ciudadana y no tiene nada de malo firmar un planillón para expresar el descontento por la gestión de una autoridad edil. Lo malo esta en afirmar que ese práctica es mala.
En conclusión, a Lima hay que defenderla y cuidarla, es nuestra casa. La revocatoria es un proceso saludable que fortalece el sistema democrático. Señora Susana siga trabajando y mejore su performance, quizás todo esta campaña en su contra le sirva para reflexionar y convertirse en la mejor jerarca que haya tenido Lima o para que tenga una triste despedida porque no quiso escuchar a sus vecinos. Si pasa eso, Lima no perderá.
(*) Vecino de Lima