Muchas veces el arte se ha encargado de ser el principal medio para retratar lo crudo que puede ser la guerra, antes, durante y después, en la vida de un soldado. Así lo entendió el fotógrafo escocés Lalage Snow, quien quiso retratar a través de su cámara los rostros de los marines que reflejan la experiencia y las secuelas que dejó en ellos la guerra en Afganistán.
A lo largo de ocho meses, Snow fotografió a soldados británicos del primer batallón pertenecientes al Régimen Real de Escocia, enfatizando en tres momentos claves de su vida: antes de partir a la guerra, durante su estancia en Afganistán, y tras su retorno a casa.
La exposición bautizada como “We are the not dead”: Soldiers on Afghan Mission, que en español significa “Nosotros somos los que no morimos: Los soldados en la misión afgana”, muestra los rostros de los jóvenes combatientes en los que se puede percibir, en los diferentes casos, los cambios en su semblante según la etapa en la que se encontraban cuando fueron fotografiados, muchas veces demostrando la inocencia propia de su juventud y en otros casos la determinación de la decisión de ir a combatir.