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Martes 24 de enero 2012

¿Es tan difícil tener buenos profesores? (I)

Por: Grover Pango Vildoso
¿Es tan difícil tener buenos profesores? (I)
Foto: Generaccion.com

La respuesta es sí. Es muy difícil.

Por varias razones es bastante complicado contar con buenos profesores en la actualidad. La afirmación parece algo presumida, como que pretendiera elevar un prestigio ya perdido y recuperar el valor de una función que cualesquiera puede cumplir. En verdad no es así. Hoy es, casi con seguridad, más difícil formar profesores que antes. ¿Por qué?

Primero porque, efectivamente, hay que sobreponerse a un desprestigio profesional que se ha venido acumulando. De ello se han encargado, en proporciones que el lector queda en libertad de señalar, las magras remuneraciones ofrecidas, las deficientes instituciones formadoras (universidades e institutos), el debilitamiento de las escuelas y colegios (suena mejor que aquello de “instituciones educativas”) y, oh paradoja, los nuevos conocimientos y los grandes avances tecnológicos.

El eje del acto pedagógico se ha trasladado claramente hacia el alumno y también por ello importa ahora más el “aprendizaje” que la “enseñanza”. Se dice que ANTES el protagonista de la educación era el profesor y AHORA lo es el alumno. Por tanto, lo que importa es lo que el alumno es capaz de aprender. De ello debe ocuparse el buen profesor, que hoy requiere ser un hábil generador de situaciones de aprendizaje en favor de sus alumnos. De allí la importancia de “aprender a aprender”.

Precisamente por esto son inmensamente responsables de una deficiente formación profesional las instituciones encargadas de ella. Inmensa responsabilidad especialmente en la llamada “era del conocimiento”, donde la realidad cambia vertiginosamente y lo que ayer era lo último, mañana ya es obsoleto y será reemplazado. No olvidemos que en los últimos 30 años se ha producido más información que en los 500 anteriores.

La prueba verdadera del nuevo docente es una adecuada e intensa PRÁCTICA DOCENTE; sin ella se empobrece la capacidad pedagógica y didáctica de los profesores en formación. Es penoso ver a chicas y chicas, futuros docentes, implorando para realizar las prácticas profesionales que su institución les exige.

También se debe afirmar que existe una relación directamente proporcional entre un buen director/directora de colegio y su personal docente. Se requiere de un liderazgo en la dirección (cualquiera tampoco puede ser director), cuya autoridad debiera ser incuestionable. Es ésta una tarea también impostergable para el Ministerio y sus organismos descentralizados, pues la inestabilidad de los directores atenta contra el buen rendimiento y el prestigio de los colegios.

(Continúa en la siguiente entrega del viernes 27 de enero)

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COMENTARIOS
3 comentarios
Al respecto se puede decir que ya Shakespierreexpuso expuso las siete edades del hombre: "el mundo es un escenario y los hombres no son mas que actores que desempeñan muchos papeles en sus vidas" (contenido en la comedia como gusteis)
25 de enero 2012
Lo mas importante es ir adaptandose a las circunstancias que nos tocan vivir en cada momento, sea como docente o como alumno, para mantenernos siempre cerca del conocimiento y llevar a cabo la tarea que cada uno debe tener encomendado..
25 de enero 2012
Considero que centramos nuestra vista en el árbol, mas no en el bosque. Si preguntan: ¿dónde están los buenos maestros?, desde una perspectiva sistémica; también habría que preguntarse por: ¿dónde están los buenos Presidentes, Ministros, Congresistas, etc.? A estas alturas, cerca a cumplir nuestro bicentenario de país independiente, es necesario preguntarse ¿qué somos? y ¿qué hemos alcanzado? Basta ya de discursos superficiales que señalan y no solucionan nada.
Finalmente, no sería pertinente preguntar por dónde están, sino CÓMO formar buenos maestros bajo un sistema paupérrimo.
25 de enero 2012
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