Gana Perú nunca existió

Lo dijimos antes de las elecciones; Gana Perú era simplemente un frentismo. Algunos despistados compañeros se inflaron de humalismo y no entendieron los límites de todo frentismo: sirve para llegar, pero no para gobernar.

Los camaradas que se subieron al coche en viada no creían en “La Gran Transformación”; simplemente vieron la posibilidad de agarrar curules y ver si tenían lugar en el ejecutivo a instalarse. Sinceramente ¿quién es la Mavila?, que no sabe ni siquiera arrancar una moto verdadera. Fue funcionaria del alanismo, que sumó sapo, rata o cucaracha, simplemente para no nombrar apristas en puestos de alguna importancia.

A Sinesio López lo conocí en un panel de debate  sobre la crisis política del país, hace unos 12 años con Tapia; podio que compartiéramos en el Centro de Altos Estudios de la Policía Nacional en Chorrillos; ¿qué obra sólida tiene?, ¿qué actitud no sinuosa como su nombre lo insinúa? Nada; así como una serie de caviarones, se subieron al coche de Toledo y bebieron de sus ubres.

Javier Diez Canseco, ya no es, como diría Sofocleto, sino Tres Canseco; ve llegar su hora crepuscular y no sabe qué camino tomar. Está minimizado; es un tipo sin carisma alguno. Jamás tendrá respaldo nacional; no tiene trascendencia sino hasta congresista.

Tapia es un traidor profesional desde su actuación en la Marina. Está derivando cada vez más en ser un chifladillo que hace berrinches cuando no hacen lo que él quiere. No es estable emocionalmente para ser confiable en política. Y los demás son los de menos.

La izquierda caviar, no aprende y en su vejez, sigue con la misma cantaleta de hace 50 años. Las coordenadas del progreso ya no pueden pasar por su catecismo, o ¿será que de acuerdo a su marketing, ese espacio del pasado es el único con el que pueden jugar?

La izquierda no se ha renovado, ni se renovará jamás porque han nacido arterioescleróticos; su partida se firmó en el siglo XVIII y el aliento que tienen es a naftalina. El frente se quiebra y habrán más cadáveres.
 
Magdalena, 26, enero, 2012
Julio Garrido Huaynate