A Eduardo Gonzalez Viaña (*)
Hace pocos días hablábamos por teléfono, recordábamos viejos tiempos, y en la medida que avanzaba nuestro hablar, entraba dentro de mí, el olor y el color de los campos del norte, a la vez que se hacía presente en mi pensamiento, aquella imagen, de vernos sentados en un restaurante norteño, hace años, haciendo un alto, camino hacia algún otro lugar.
Eramos jóvenes, camino a la madurez, y estábamos con Lucho Alva y otros compañeros y amigos más, pensando en el Perú y como ponerlo a caminar en bien de todos y en particular, de nuestra gente más pobre y humilde, pero que tiene un corazón grande para vivir en medio de tantas dificultades, que nos daba fuerza y coraje.
A veces, cuando discutíamos, yo decía, vamos a hacer esto, y tu contestabas, sí, pero también esto otro, y al final, cuando del norte se trataba, nos ganaba la idea de irrigar, cuanto antes, los desiertos y hacer realidad el sueño de Víctor Raúl, de desviar ríos y regar por goteo, como se hace en los países avanzados desde hace mucho tiempo.. Idea, que para orgullo y felicidad nuestra hemos hecho realidad en buena parte, comenzado con el proyecto chavimochic, que ha dado mucho trabajo y mejores salarios.
Cómo siento no tener dos vidas, para continuar reuniéndonos, pensando, entre nosotros y todos los otros que así lo deseen, entre los que nacimos en la tierra de tantas civilizaciones avanzadas (como toda comparación histórica, en relación su tiempo) y contribuir a hacer más proyectos, en todo la costa el Perú, hasta que no haya un metro cuadrado de desierto más, si tiene las condiciones mínimas pre-requeridas, ni tampoco un pobre mas en toda la costa, sin dejar de pensar por cierto en la Sierra y la Selva.
Hoy que ya se fue Nancy, a quien no tuve el gusto de conocer, como te conozco a ti, me parece mentira que se haya ido, porque como nos pasa , uno se despierta todos los días y va a su trabajo, ve a los que pasan, los amigos y el paisaje que nuestro cerebro ya lo tiene todo memorizado. Y como si fuera una verdad contundente, nos parece que así será al día siguiente y por siempre, sin danos cuenta, que nuestro pase por este mundo es solo temporal. Sabemos cuándo vinimos pero no, cuándo nos vamos.
Deseo de todo corazón que me sientas a tu lado, acompañándote, con mis sentimientos y quereres por una persona que ya no está entre nosotros pero que permanecerá viva en nuestros recuerdos, junto a ti y toda tu familia.
Recibe por ello un conmocionado y fraternal abrazo y con él mi sentir y pesar por la partida de Nancy, a quien estoy seguro, no le gustaría, si estuviera entre nosotros, que dejáramos los proyectos que tenemos en mente, ni la causa justiciera nuestra, que nos da vida, alegría y esperanza.
Gustavo.
* Poeta, novelista, "full prefessor" en la Universidad de Oregon del oeste y por sobre todo peruano con conviciones, en favor de la prosperidad del perú, para todos, en particular para los que menos tienen.