Verano caliente

Resentida por el rumbo del Gobierno, la izquierda –con “marchas del agua” y similares– intenta sabotear el modelo. Cree que lo que el Perú necesita no es desarrollo económico sino “transferencia” de riqueza, a ser “reasignada” por esos que dicen preocuparse por los pobres y cada día los hunden más.

Chile nos provoca con sus espías y prepara el terreno para patear el tablero de La Haya. Lástima que se precie de ser país globalizado pero actúe con la zona más primitiva de su cerebro político. Cuando lo sensato sería que renuncie a los delirios expansionistas. Y establezca una alianza con Perú y Colombia, como contrapeso al “petropopulismo” de Chávez y su injerencia en la región.

Y por si esto fuera poco, siguen haciendo de las suyas los que usan el tema de los DD HH para descargar su odio contra los uniformados. Un juez argentino le ha puesto la puntería al general Francisco Morales Bermúdez por el “Plan Cóndor”. El mensaje, global, es éste: joven militar, piénsalo dos veces antes de combatir el terrorismo, porque te enjuiciaremos así pasen tres décadas.

Si de DD HH se trata, ¿algún día uno de estos jueces de la progresía hará lo mismo con Fidel Castro? Apostamos que no. Impune quedará el fruto de su Gulag tropical: cien mil prisioneros políticos, entre 15.000 y 17.000 fusilados, cientos de miles de exiliados y miles de balseros ahogados intentando escapar del “paraíso socialista”.

Nos ratificamos en lo escrito hace una semana. Los DD HH se han convertido en instrumento de protección a los criminales y de persecución a quienes nos salvaron. Un arma poderosa para que gobernantes y militares bajen los brazos y nos dejen inermes ante futuras amenazas.