A mediados del año 1997, Nolberto Solano fue fichado, tras una gran Copa Libertadores, por un gigante de América. Boca Juniors le abrió sus puertas al volante peruano y llegó para compartir equipo junto a Diego Armando Maradona y un delantero medio loco que llegaba de Estudiantes de La Plata. Sí, Martín Palermo.
Desde que Solano fue fichado por el equipo "Xeneize", nuestro país estuvo atento a todo lo que sucedía en el mundo "Azul y oro" y, de a pocos, todos se volvieron hinchas, simpatizantes o seguidores de Boca Juniors. Con el pasar de los partidos, todos estaban al tanto de lo que Solano podía mostrar y conocíamos los nombres de los jugadores que compartían equipo con él. Los goles de Martín Palermo fueron gritados por todos nosotros como propios y desde que lo vimos, nos volvimos hinchas suyos.
El mundo Boca quedó grabado para todos y por ser un grande de América, sus partidos no pasaban desapercibidos nunca. A pesar de la partida de Solano al Newcastle, las noticias de Boca siempre llegaban y los goles de Palermo eran la atracción principal. Pasó de ser un '9' goleador a ser un gigante del gol que pasó por todas las cosas posibles y que, a pesar de todo, triunfó y se convirtió en leyenda.
Hace unos cuantos meses dejó la actividad futbolística profesional y acaba de realizar su partido de despedida en la Bombonera, con esa hinchada que lo convirtió en ídolo, que celebró cada uno de sus goles y que lo adoptó como suyo a pesar de ser hincha de Estudiantes de La Plata. Es el máximo goleador de la historia de Boca Juniors y el quinto máximo goleador de la Primera División argentina.
Se rompió los ligamentos cruzados, siguió jugando y marcó un gol, falló tres penales en un solo partido, se le cayó una pared encima, volvió una noche mágica frente a River y anotó a pesar que ya le decían que era un ex jugador, pateó un penal con los dos pies, metió un gol de cabeza de casi la mitad de la cancha, falleció su recién nacido, jugó y marcó un gol para dedicárselo, fue el héroe de una Intercontinental haciéndole dos goles al Real Madrid, jugó 10 minutos en un Mundial a los 36 años y logró meterla y así muchas más historias de este bien llamado "Optimista del gol" por Carlos Bianchi.
Para todos los hinchas del fútbol y de los grandes goleadores, Martín Palermo es uno de los últimos grandes centrodelanteros de nuestra época y si lo consideras un rústico, un tronco o un limitado ponte a pensar que con un gambeta no ganas campeonatos y con goles sí.
Debo confesar que le agarré un cariño a Palermo por todo lo que tuvo que vivir y la forma como lo superó, su despedida fue emotiva y acepto que se me pintó un lagrimón y me sentí agradecido por sus goles, no por ser hincha de Boca, sino porque lo soy de el fútbol. Gracias "Titán", gracias "Señor Gol".
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