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Jueves 09 de febrero 2012

El ajedrez de Alan

Por: César Campos R.
El ajedrez de Alan
Foto: Sepres

Miércoles 08 de febrero - Columna Política Diario Expreso.

Desde hace muchos años siento fascinación por los numerosos intérpretes de la conducta y expresiones de Alan García. A veces creo que ellos alcanzan las alturas de una especie, un oficio o la summa cum-laude de la vivisección política, en su intento de descifrar cada gesto o palabra del ex presidente atribuyéndole movidas espectaculares con fines siempre protervos y maliciosos.

Debe ser que García merezca este homenaje de sus miles de psicólogos voluntarios. O de entomólogos para quienes lo juzgan poco menos que un insecto. En el mundo de las percepciones nadie como el líder aprista para haber criado la fama (no digo que justa) de maniobrero frío y calculador, de hombre que nunca da puntada sin hilo, que tiene como máxima el pro domo sua de Cicerón y se comporta siempre en provecho de una sola causa: la suya.

Es el precio que paga por su abrumadora personalidad pública y las versiones – en verdad legendarias – que lo describen haciendo ejercicios políticos las 24 horas del día (muy difícil imaginarlo hoy en otra clase de ejercicios). También ciertamente  porque tuvo la habilidad comprobada de llegar dos veces por la vía de los votos a calzarse la banda presidencial y con la bandera del aprismo, enunciado de grandes desencuentros nacionales a los largo de los últimos 80 años. ¿Quién podría considerarlo un hijo de vecino que disfruta casi una prematura jubilación viendo la telenovela “Al fondo hay sitio”, en vez de pintarlo como el príncipe de Maquiavelo redivivo?

Es lo que ha sucedido ahora con sus declaraciones a la cadena Univisión donde cuenta  partes de su diálogo con el entonces presidente electo Ollanta Humala en torno al posible indulto a Alberto Fujimori. Los intérpretes, los alanólogos han salido como conejos de una chistera escarbando los motivos que habría tenido el ex mandatario para decir lo que dijo.

El congresista oficialista Javier Diez Canseco señala, por ejemplo,  que García quiso soplar la pluma a Humala de lo que él mismo quería hacer, mientras que su colega fujimorista Alejandro Aguinaga analiza que García busca captar los votos de los seguidores del chino para las elecciones del 2016. Otros sucumben a la tentación de profundizar el “pacto apro-fujimorista” aparentemente nacido al inicio del segundo gobierno de García.

Esto último siempre me ha parecido la más grande sandez y muestra de intolerancia de un sector del país. Alan García fue el personaje más perseguido y vilipendiado por el fujimorismo 1990-2000. Tuvo que exiliarse para que no caiga sobre él y su familia el peso de tal persecución. No pudo enterrar a su padre, muerto en el Perú durante ese periodo. Y por el solo hecho de no corresponder con el mismo odio y ensañamiento hacia sus antiguos impugnadores, lo asocian con estos en sus mismos propósitos políticos. Felizmente las dudas de Aguinaga ponen las cosas en su sitio.

Mi interpretación, sumándome al coro de la alanología: el doctor García sufre de vez en cuando incontinencia verbal. Nada más. Entendámoslo como ser humano sin el aspaviento de verlo a cada rato moviendo las fichas de un imaginario ajedrez político.

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COMENTARIOS
1 comentarios
LOS APRISTAS CARECEN TANTO DE PRINCIPIOS QUE NO LES IMPORTA ALIARSE A SUS EX-PERSEGUIDORES SI EN ELLO LES VA BENEFICIOS POLÍTICOS O PERSONALES.RECORDAR EL PACTO DE HAYA DE LA TORRE CON LA OLIGARQUÍA EN LOS 60S.TAMBIÉN AHÍ LOS JUSTIFICADORES DE TAN MOSTRUOSA TRAICIÓN A LOS MAS ELEMENTALES PRINCIPIOS ÉTICOS ALABABAN LA CAPACIDAD DE PERDÓN DE HAYA,SU GRANDEZA.EL CASO ES QUE ALAN FAVORECE EL INDULTO AL PEOR CRIMINAL DE LA HISTORIA DEL PERÚ.Y APRA Y LA MAFIA DE LADRONES Y ASESINOS CONOCIDA COMO FUJIMORISMO JUEGAN EN PARED,EN YUNTA HACE AÑOS.ESTO LO VEN HASTA LOS CIEGOS,EXCEPTO LOS IMBÉCILES.
11 de febrero 2012
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