Débiles de cabeza y con bajo nivel

Y empezó la Copa Libertadores con derrotas para los equipos peruanos. Las presentaciones de Juan Aurich y de Alianza Lima dejaron claro el nivel del fútbol peruano y lo que pueden, y no, dar en este torneo internacional. Aurich la tuvo un poco más difícil que Alianza al jugar contra el Inter de Porto Alegre, pero al final los dos cayeron derrotados de manera muy clara.

Los chiclayanos perdieron 2 a 0 y prácticamente no tuvieron oportunidad de anotar. Diego Penny fue la figura de los rojos (que jugaron de blanco) al atajar varios remates con destino de gol seguro. Mientras estuvo en el campo (26 minutos), William Chiroque fue el más peligroso del 'Ciclón' con sus escapadas y gambetas prolijas. Queda como anécdota que Juan José Buscalia y el "Bambino" Pons no se dieron cuenta que Chiroque salió del campo hasta el minuto 86 del partido.

Inter hizo la fácil, rotó el balón y desesperó al equipo peruano, que salió muy atolondrado y haciendo faltas muy tontas y fuertes. Gracias a esto, Ortíz se fue expulsado. En ataque, Aurich no ofreció nada y la victoria de los brasileños pudo ser mayor si no fuera por la gran actuación de Diego Penny.

El caso de Alianza es muy distinto. Se enfrentó a Libertad de Paraguay en el estadio Nicolás Leoz (con ese nombre no se podía esperar una buena actuación del árbitro ¿no?) y perdió por 4 goles a 1. Los "íntimos" se pusieron adelante en el marcador y se fueron al descanso con la ventaja, la cual perderían después por HORRORES arbitrales y defensivos.

Al minuto del segundo tiempo, mala marca, mal rebote de Libman y gol de Libertad que tiraba todo lo hecho en el primer tiempo por la borda. Luego, llegó lo escandaloso del partido y en donde hago una pausa para hacer un reclamo. El árbitro cobró un penal inexistente y grosero cuando Libertad no podía. El 2 a 1 terminó de matar a los aliancistas anímicamente. Me detengo a decirle abiertamente a los dirigentes peruanos que en lugar de buscar llenar sus bolsillos y asegurar su vida, se preocupen en los equipos y en la burla en la que nos han convertido a nivel internacional. No puede ser que se burlen de nosotros de esa manera. Ineptos.

Siguiendo con el partido, Alianza no supo sacarse de la cabeza el regalo del árbitro para su rival y cayó en ese vacío de confusión mental que tienen todos los equipos peruanos. Se derrumbaron y llegaron los demás goles como si todos supieramos que eso iba a pasar. La defensa de Alianza, criticada por todos, jugó parchada y demostró claramente que era improvisada.

En conclusión, Aurich y Alianza sufrieron los tres males clásicos del fútbol peruano: Cero peso dirigencial, desconcentraciones absurdas en los primero y últimos minutos y la falta de instinto asesino.