Cayó 'Artemio', ¿caerá Valdés?

Los padres de Florindo Eleuterio Flores Hala, (a) “Camarada Artemio”, Juan y Hermenegilda –residentes en Majes, Arequipa– lo dan por muerto hace mucho tiempo, desde que partió en 1979 a prestar su servicio militar obligatorio en la División de Tanques de la base de Locumba, Tacna (localidad donde 20 años después se levantarían los hermanos Ollanta y Antauro Humala al final del régimen de Alberto Fujimori). No quieren hablar ni saber nada de él. Tampoco una de sus hermanas, Juana, quien reside en un distrito de Camaná.

“Artemio” –capturado a inicios de la semana que culminó ayer en el caserío de Cashiyacu, a orillas del río Huallaga– ya no cuenta entonces con el afecto de su familia matriz. Sólo le quedaba el de su pareja sentimental, Yudi Yanet Vega Poma, (a) “Camarada Yuli”, una joven sindicada como integrante del Comité Regional de Sendero Luminoso en el Huallaga con quien tuvo un hijo el año pasado. Sin embargo, “Yuli” fue capturada ayer porque tiene una orden de detención dispuesta por el Primer Juzgado Penal de Huánuco. Será trasladada a esa jurisdicción.

Trocha de crímenes
Detalles de esta naturaleza exhiben el decadente epílogo de quienes creyeron escoger el camino romántico de la lucha social y la reivindicación de los pobres, para luego convertirlo en una trocha de crímenes, sicariato y actividades proscritas como el narcotráfico. “Artemio” está a la cabeza de una lista de imputados por este delito y existe un video donde se le observa en una reunión clandestina con dirigentes cocaleros del Huallaga, con quienes trata sobre la producción ilegal de la hoja de coca que iría a los laboratorios de pasta básica y de cocaína pura.

El narcotráfico es hoy, en todas partes del mundo, el motor de los llamados por algunos intonsos “grupos insurreccionales”. Sea la coca, la amapola o la marihuana, la industria de los estupefacientes opera con fachadas de movimientos “revolucionarios” que protegen las fronteras de sus áreas de dominio. La respuesta a la caída de “Artemio” la dio el otro frente de Sendero Luminoso, el que opera en los valles de los ríos Apurímac y Ene (Vrae) a cargo de Víctor Quispe Palomino, (a) “José” y Orlando Borda Casafranca, (a) “Alipio”. El jueves 16 emboscaron a una patrulla de la base antisubversiva Unión Mantaro del Vrae y asesinaron al capitán EP Germán Parra del Carpio.

La estrategia
Todo esto ha permitido concluir que si bien la caída de “Artemio” es un hecho simbólicamente importante y un éxito atribuido al gobierno de Ollanta Humala (aunque similar al caso del GEIN que capturó a Abimael Guzmán en 1992, las operaciones combinadas de la policía y el ejército ya se realizaban desde hace más de un año), el Estado y la nación en su conjunto tienen como enemigo principal a los operadores del tráfico ilícito de drogas cuyos carteles están difuminados en diferentes zonas del país.

De ahí la importancia que el mismo jueves 16, el Consejo de Ministros haya aprobado la Estrategia Nacional de Lucha Contra las Drogas 2012-2016, donde –entre cosas– destaca fortalecer los programas de erradicación de los cultivos ilegales de la hoja de coca (se estima que al 2014 se haya depurado 54 mil hectáreas), el desarrollo alternativo y el control de insumos. La Comisión Nacional de Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) y su conductora, Carmen Masías, tendrán un papel rector para implementar la estrategia.

Es necesario estar atentos no sólo a la eficacia que esa institución y sus funcionarios demuestren, sino a las cortapisas que enfrentarán de quienes le han declarado la guerra y favorecen el imperio autárquico de los dirigentes cocaleros, algunos de ellos  vinculados inescrupulosamente a los carteles de la droga. La próxima revelación de los contactos que tenía “Artemio” a través de su teléfono móvil ha puesto nerviosos a muchos. Sin duda habrá un gran destape.

Mínimas certezas
Estas y otras acciones del Poder Ejecutivo deben estar acompañadas de mínimas certezas de su estabilidad política que sólo podrán garantizarse con una manifestación rotunda e irreversible del presidente Humala en respaldo a su premier Óscar Valdés.

La urgencia de este gesto no es adjetiva. Valdés viene siendo vapuleado de una manera incesante por los miembros del grupo Ciudadanos por el Cambio que lidera el ex titular del Consejo de Ministros Salomón Lerner Ghitis y han pertenecido al gobierno. Se cuenta entre estos a Cecilia Israel (ex jefa del Gabinete de Asesores de Lerner), Sinesio López (ex asesor de la PCM), Isabel Coral (ex jefa de Reparaciones de la PCM), y otros. Lerner –así lo indican todas las versiones– no ha roto su amistad ni su cercanía a Humala.

Sin embargo más grave que la ofensiva de este grupo (se dice que formalizarán su registro en el JNE para actuar en futuros comicios) fue el repentino ataque de la segunda vicepresidenta y parlamentaria oficialista Marisol Espinoza a Valdés, calificando como “falta de respeto” sus supuestas declaraciones contra quienes comparecieron ante la Comisión de la Verdad. Valdés se ha empeñado en aclarar que –como el caso de “los derechos humanos son una cojudez” del cardenal Juan Luis Cipriani– sus palabras han sido tergiversadas y descontextualizadas al gusto de sus enemigos para caricaturizarlo.

Todo esto a dos días de la captura de “Artemio”, una circunstancia de algarabía colectiva y oportuna no sólo para reclamar la unidad del país contra subversión y el narcotráfico –así lo hizo Humala– sino también para evidenciar la cohesión firme del gobierno. Espinoza, como se sabe, integra el círculo privilegiado de la pareja presidencial. Es muy difícil pensar que un ataque suyo al primer ministro se produzca sin conocimiento previo de la misma.

Por eso ha quedado la sensación de que algo oscuro se cocina en las esferas del poder central. Humala debe respaldar firmemente a Valdés o anunciar de una vez que está pensando en un relevo de su segundo Gabinete.