El fracaso de la zurda sorda

Diario Expreso - 25/02/12

No fue vana la preocupación que manifestamos hace siete días en esta misma página relacionada a la estabilidad dentro del gobierno del presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés, y a la ofensiva que éste venía recibiendo de súbitos y numerosos adversarios mediáticos, principalmente de quienes formaban parte o habían sido rostros visibles del oficialismo. Pedimos por ello que el presidente de la República, Ollanta Humala, saliera a la palestra a darle su apoyo al ministro o anunciara de una vez por todas que estaba pensando en un relevo (“Cayó Artemio, ¿caerá Valdés?”, EXPRESO, domingo 19 de febrero).

Sirvió por lo menos para alertar contra ese ejercicio siniestro y malintencionado de personas que habiendo obtenido puestos públicos a costa de Humala y de Gana Perú, hoy socavan su administración. Algunos se alejaron de mala forma porque sus propuestas fueron echadas al trasto, pero otros no tienen el coraje de renunciar a sus privilegios, advierten “pelear desde adentro” contra el “desvío derechista” del gobierno y escogieron a Valdés, al ministro de Economía Luis Miguel Castilla y a otros, como las piñatas a las cuales golpear, bajo el pretexto que son responsables de ese desvío.

Hay quienes ven “normal” las zancadillas que algunos oficialistas le meten al oficialismo. Confunden –terrible falta de lectura histórica– las pugnas que han existido en todos los gobiernos por cuotas de poder entre diferentes grupos del partido gobernante o el entorno presidencial, con lo que ahora se ha inaugurado como un verdadero catchascán para que se varíe del rumbo escogido. En todas las administraciones centrales anteriores, democráticas o no, los jefes de Estado dejaban correr un poco la sangre pero terminaban zanjando el asunto a favor de uno u otro camino. Y las facciones oficialistas se alineaban en la misma, precisamente porque la verdadera oposición política estaba sacando manteca de esas pugnas. Esto no se observa ahora por muchos lados del tabladillo gubernamental.

Habla nadine
Si bien el presidente Humala se había dejado ver al lado de Valdés el pasado 15 de febrero (al anunciar el segundo tramo del tren eléctrico de Lima), cuando ya circulaban los rumores de la débil situación del premier en el Ejecutivo –en una aparentemente tácita demostración de que las aguas estaban calmas– no se había producido ningún apoyo explícito de su parte. Todo indica que al primer mandatario, en forma creciente, le molestan los rituales políticos y peor todavía si se los recuerdan desde la prensa u otras tiendas. Opta por hacer lo contrario o no hacer nada.

Sin embargo y como ya sabemos, la cabeza del Estado en la era humalista tiene un esquema de comunicación bicéfalo. Lo que dice Ollanta la gran mayoría de veces suele reforzarlo su esposa Nadine. Y lo que no transmite Ollanta lo puede terminar transmitiendo Nadine.

Este esquema –donde la primera dama se luce en la oportunidad y concreción de sus mensajes a través de las redes sociales, especialmente el Twitter– ha permitido, por ejemplo, anticipar el mal humor del Presidente contra los jueces que autorizaron los viajes al extranjero de los terroristas convictos Lautaro Mellado y Lori Berenson. O definir el paso al costado que finalmente tuvo que dar el segundo vicepresidente Omar Chehade cuando Nadine escribió el célebre tweet: “¿Tan difícil es caminar derecho?”.

En el caso de Valdés, se sabe que la señora Heredia hizo notar a sus allegados la preocupación de la pareja presidencial ante el rumor de la renuncia de dicho personaje. El pasado fin de semana se comunicó incluso con los responsables de la prensa oficial para indagar de dónde venían esos rumores y si se producirían los desmentidos pertinentes.

No contenta con ello, Nadine programó un viaje junto al premier el martes 21 a la localidad de Iñapari, Madre de Dios, para entregar ayuda a los damnificados por las inundaciones. Y el jueves 24, sostuvo ante la prensa:  "El presidente del Consejo de Ministros está trabajando, como ya lo he dicho, duramente y en coordinación diaria con el Presidente de la República. Los rumores no tienen sustento".

Como reza el antiguo adagio latín (que hoy sabe a chicharrón de cebo a las autoridades laicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú), Roma locuta, causa finita. Parafraseando la misma en la era humalista, Nadine locuta, causa (por la renuncia de Valdés) finita en el oficialismo.

Segunda batalla
Sin embargo, que las cosas se hayan esclarecido puertas adentro del Palacio de Gobierno en nada se traduce a favor de un clima favorable al desempeño del premier Valdés durante las próximas semanas. Los tambores de guerra de sus enemigos de la izquierda retumban por todos lados y elevan sus decibeles en torno a la solución que el Ejecutivo pretende otorgarle al tema del proyecto minero Conga.

La estrategia neurálgica de esa izquierda sorda a la necesidad de menguar la pobreza de nuestro país a través de las inversiones –sobre todo en el rubro que ha liderado el crecimiento económico de los últimos años– es ahora desacreditar a los tres peritos internacionales nombrados por el Ejecutivo, para evaluar el Estudio de Impacto Ambiental de dicho proyecto y proponer medidas complementarias o rectificatorias (el portugués José Martins Carvalho, y los españoles Rafael Fernández Rubio y Luis López García).

Descrédito que no sólo pasa por arrinconarlos en la imagen pública como voceros de los intereses del gobierno, sino también anunciando hostilidades contra su trabajo o no garantizándoles medidas de seguridad personal, según lo dijo el presidente de la región Cajamarca, Gregorio Santos. La misma lógica de violencia y amedrentamiento que emplea esa autoridad contra los cajamarquinos opuestos a sus planteamientos.

Esta es la segunda batalla que Valdés tendrá por librar sumando razonamientos y voluntades a favor de la palanca de la inversión privada, herramienta que nos permitirá (y permitirá al gobierno) enfrentar con cierto éxito los aletazos de la crisis financiera mundial.