¿Qué pasó con Benigno?

La variada cantidad de temas y acontecimientos que tratamos con el presidente Ollanta Humala para el programa Enfoque de los Sábados de RPP la mañana del 31 de diciembre, hizo que se extraviara el hilo de un ítem especial entre las repercusiones de la entrevista: el frustrado nombramiento del general de División Leonel Benigno Cabrera Pino como nuevo Comandante General del Ejército.

El punto fue abordado por vía tangencial cuando le pregunté a Humala sobre sus impresiones respecto a la demanda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al Estado peruano ante la Corte IDH, para reabrir el proceso a los comandos Chavín de Huantar. Recordé que el Presidente había tenido gestos la última semana que explicarían su malestar frente a esta medida, entre ellos una visita a los soldados heridos en el hospital militar y la otra el trascendido de la asunción de Cabrera Pino (uno de los líderes de ese equipo de élite) a la comandancia general EP. Sobre esto último, dije: “ojalá hoy usted lo pueda confirmar, Presidente”.

El mandatario no respondió. Luego de la entrevista y cuando posábamos para las fotos, me dijo sonriente: “¿Y de dónde has sacado tú eso del nombramiento de Cabrera?”. Aunque sorprendido, atiné a responderle también con algo de sorna: “Presidente, lo han anunciado la mayoría de medios de comunicación. Y usted sabe que la prensa peruana nunca miente”. Terminamos en una gran risa.

Sin embargo, es posible que sí haya pasado algo dramático para que al voceado Cabrera Pino se le achicharrara la comandancia en la puerta del horno de la decisión presidencial. Casi al unísono, diversos diarios y la revista Caretas dieron cuenta que el lunes 26 de diciembre habían quedado oleadas y sacramentadas las designaciones a los principales puestos de dirección de las Fuerzas Armadas: El vicealmirante AP José Cueto asumiría la CG de la Marina de Guerra, el general del aire  Pedro Seabra la de la Fuerza Aérea y Cabrera la del Ejército.

El día de año nuevo se supo que sólo el nombramiento de Cueto prosperó. Que el jueves 30 se habían producido las movidas finales y tanto Seabra como Cabrera Pino debían permanecer en sus puestos. Se llegó a decir que el currículum de éste último (natural de Arequipa, 57 años, Espada de Honor de la promoción “Coronel Mariano Aragonés” 1977 y primer puesto en el arma de Infantería. Condiscípulo del coronel EP (r) Adrián Villafuerte, asesor del presidente y jefe inmediato de Ollanta Humala cuando éste sirvió en la base contrasubversiva Madre Mía) fue repartido con ahínco en las redacciones periodísticas.

¿Qué pasó con Benigno Cabrera? ¿Confió en demasía su influencia al nivel de Villafuerte y el jefe de Estado? ¿Movió otros hilos extraños para hacerse notar? ¿Se movió tanto que no salió en la foto de los probables nombrados? El todavía comandante general EP, Víctor Ripalda, ¿consolidó el respaldo de las regiones o de otros mandos para conservar su hegemonía?

En suma, ¿cuáles han sido las causas para que no se produzca lo esperado y voceado en el Ejército de nuestro país?