"Remanentes terroristas" y narcotráfico

1.- Con la captura de Artemio, producto del trabajo de inteligencia del Frente Policial del Huallaga y la DEA, algunos analistas señalan que el narcotráfico de la zona habría sufrido un duro y decisivo golpe. Esta posición es equivocada y nos puede llevar a cometer otros errores.

Es verdad que después de casi dos décadas, salvo la captura de Feliciano en las cercanías de Huancayo (bastante lejos del Vrae) en julio de 1999, el Estado no tenía muchos éxitos que mostrar. Sí, en cambio, bastantes desaciertos y muertos de nuestro lado. Así, la desarticulación del grupo de Artemio constituye un nuevo hito en el combate contra los remanentes senderistas.

Pero no hay que ser ilusos. Conforme crezca el narcotráfico, los sembríos de hoja de coca, y las secuelas de corrupción en el Huallaga, el Vrae y hasta en el propio poder central del Estado, la violencia continuará. La presencia de las firmas mexicanas y las nuevas formas de encadenamiento productivo de la cocaína favorecerán el crecimiento de la violencia. Y, conforme pase el tiempo, los remanentes terroristas tendrán que ser aceptados como una secuela de este creciente y perverso negocio.

2.- Es, pues, al interior de este boom de la economía ilegal de la cocaína donde los remanentes armados del senderismo se están aggiornando. Tomaron conciencia que su sobrevivencia dependía cada vez más de su alianza con las firmas locales, a las cuales les ofrecen “tercerizar” la seguridad en el transporte local de la droga. Y, también, cumplir las tareas propias del sicariato en los ajustes de cuentas entre diferentes firmas, autoridades corruptas, etc. Aunque también se vieron obligados a realizar emboscadas a patrullas (abastecimiento de armas), asalto a comisarías (para recuperar decomisos de Drogas, o castigar a quienes no respetaron los acuerdos).

3.- Conforme crecía el pragmatismo en su accionar, se debilitaba la ideología, el mito de la captura del poder y su cohesión y lealtad. Dejada de lado la ilusión que engañaba a los jóvenes y pobladores de pequeños anexos durante los años 80 del siglo pasado, ahora caminan a ser Pymes especializadas en cubrir ciertos servicios a favor de la industria del narcotráfico. La dinámica de costo-beneficio monetario comenzó a prevalecer sobre cualquier otro tema. Las incursiones de columnas armadas a pequeños poblados, la reunión de los pobladores, las amenazas y los discursos y peroratas ofrecidos últimamente , ya eran parte de la promoción de su Pymes armada para calificarse y promocionarse mejor como un factor indispensable a tener en cuenta en el mercado ilegal de la droga. El error y la poca calificación de Artemio fue no tomar conciencia, de verdad, de lo que ahora eran y lo que habían dejado de ser. Ni los nuevos polos negros con la hoz y el martillo, lucidos en las vistosas entrevistas ante la TV extranjera, ni el decirse seguidor del presidente Gonzalo, lo ayudaron a camuflarse.

Ya había entrado al mundo del ¿cuánto vales, cuánto cobras? Y así fue muerto.

4.- En realidad, la simbiosis entre los remanentes y el narcotráfico va a continuar, en el Huallaga y, principalmente, en el VRAE. Pero, cada vez más, los remanentes vivirán fagocitando el negocio del narcotráfico, aunque el discurso y su forma de organización podrán variar de acuerdo a las circunstancias. El problema principal a resolver es el narcotráfico, la corrupción estatal ligada a él y el ámbito de violencia que genera su aceitada economía ilegal.