El gobierno ha encontrado la piedra filosofal que le permitirá cumplir a medias con la demagógica oferta electoral de vender el balón de gas doméstico de 10 Kg, a 12 soles. La solución ha sido hallada por analogía con el subsidio cruzado que existe en la electricidad, promovida por Pedro Pablo Kuczynski, cuando era ministro de economía del “toledismo”.
Si de asumir responsabilidades de aquello se trata, me anoto, participe activamente en la formulación. La filosofía fue disminuir el costo al usuario de electricidad de bajo consumo, haciéndole un cargo a los de más alto consumo. Cuantitativamente, 2.5% de incremento para los que financian. Fueron excluidos los cerca de 250 más grandes consumidores que hay en el país, principalmente los mineros, la motivación fue las posibles discusiones por la estabilidad tributaria con la que cuentan.
Hoy en el proyecto de ley que acaba de ingresar al Congreso, llamado Fondo de Inclusión Social Energético (FISE), los excluidos de antes, ahora serán los financistas, con un incremento de su factura de electricidad en 2.5%, para el cliente eléctrico medio, del sector de alto consumo. Esto significa unos 3,300 dólares mensuales adicionales, cifra insignificante. La finalidad entre varias tareas, todas innegablemente necesarias, será disminuir en 16 soles el costo del balón de gas.
El tema central serán las consecuencias del debate político: Petroperú quedará desairado con sus propuestas, los mineros harán alusión a la estabilidad tributaria y todos nos preocuparemos de las distorsiones que se puedan generar.