Banner Tuvivienda
Viernes 17 de mayo 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Martes 20 de marzo 2012

Para destruirnos bastamos nosotros

Por Grover Pango Vildoso.
Para destruirnos bastamos nosotros
Foto: Medios

La conflictividad en el Perú es tan grande como nuestras posibilidades de ser un país triunfador, exitoso.

No siempre, pero la existencia de ingentes recursos mineros, petrolíferos y gasíferos –mayoritariamente- ha despertado un conjunto desenfrenado de acciones y reacciones que nos deben preocupar. Unos pocos desubicados reclaman que de la actividad exploratoria y luego extractiva debiera ocuparse el Estado. Insisten en eso y olvidan que en estos asuntos cuenta mucho el “expertise” (mejor dicho PERICIA) que sí tienen muchas empresas en el mundo, que además cuentan con capital, mucho capital, o saben conseguirlo. Donde sí puede y debe intervenir el Estado es en la comercialización, directamente si es posible, y de todos modos reteniendo una porción de los márgenes de ganancia (fuera de impuestos) que se llama “canon”.

En un mundo globalizado es inevitable la presencia de grandes empresas interesadas en invertir en nuestro país y, naturalmente, obtener todas las ganancias que les sea posible, porque las empresas existen para ganar dinero. Un Estado inteligente y soberano sabe que al capital se le recibe, pero se le pone condiciones.

Esta actividad empresarial beneficiará a todos si pasa por la concertación entre el Estado, las colectividades involucradas y la acción de las empresas. A cada quien le toca una tarea: al Estado NORMAR y CONCILIAR las expectativas del desarrollo nacional  -que es su deber -  con la protección y satisfacción de sus ciudadanos; a la ciudadanía CONOCER BIEN los efectos de la actividad empresarial sobre su existencia; las empresas deben INFORMAR CON SERIEDAD los impactos de su trabajo, cómo superarlos y los beneficios esperados.

En algunas poblaciones hay rechazo a la minería (casi nunca al petróleo o al gas) y es necesario saber por qué. Básicamente por las presuntas perturbaciones al ecosistema, expresadas en probable contaminación y modificaciones orográficas, pasando por la reorientación de aguas agrícolas o para consumo humano.

Hay varios casos de desconfianza generada por malos antecedentes; pero también los hay creados por grupos interesados en espantar cualquier inversión foránea. Hay instituciones serias que hacen defensa del medio ambiente, que comprenden que la tecnología compensa con ventaja las transformaciones que la ingeniería realiza. Con ellas el diálogo es posible y necesario. Pero también existen otras disfrazadas de ecologistas con trasnochadas posturas “antimperialistas”, que se niegan a que la pobreza sea derrotada de esa manera. Claro: mientras haya pobreza ellos tendrán trabajo y discurso electoral. 

Ha sido muy claro Mario Vargas Llosa al señalar: “Hoy, salvo que seas un ser completamente fuera de la realidad, es muy difícil defender la vieja agenda de la izquierda: cerrarse al mundo, ensimismarse, levantar fronteras económicas, redistribuir la riqueza y nacionalizar. Por eso el refugio es ahora el ambientalismo”.

Hay quienes no quieren el entendimiento. El  emblema de “Conga no va” vale para cualquier sitio y sirve tanto como una bandera con calavera y dos tibias cruzadas. Ya sabemos lo que significa y cómo terminan.

Por eso, cuando asoman algunas “amenazas externas” –que las hay, sutiles o bravuconas- me pregunto si necesitamos enemigos externos para infligirnos derrotas. Parece que no. Para ello nos bastamos nosotros mismos, bajo el liderazgo de Santos, Aduviri, Saavedra y algunos más.

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
1 comentarios
Pues en educación está pasando lo mismo. Se quiere destruir las posibilidades de avanzar en el PRoyecto Educativo Nacional, por el puro placer de destruirlas
21 de marzo 2012
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan