Martes 14 de mayo 2024 | Contáctenos
Hasta las situaciones más duras por las que nos toca pasar tienen un porqué. Es por eso que muchas veces, por más que reneguemos o intentemos una tras otra diferentes formas de sanarlas o resolverlas, estas no desaparecen hasta que cumplen su cometido, y NOSOTROS APRENDEMOS LA LECCION OCULTA EN LA EXPERIENCIA. Sólo entonces sanamos realmente y nos vemos por fin, liberados de esa situación. Y con eso liberamos también a todas las personas implicadas, que como actores en una obra de teatro, representaban justo el papel que NOSOTROS NECESITÁBAMOS para trascender ciertos miedos, ciertas pautas o aprender algo. Pero lo que sí es seguro, es que cada persona que nos hace daño o nos ofende, cada situación que nos destroza el corazón, fue puesta ahí por un motivo que desconocemos. Un motivo que nuestra Alma orquestó a nuestras espaldas. Un motivo que NOSOTROS ATRAJIMOS para aprender.
¿Aprender qué?
Seguramente ESO QUE NOS FALTA!
Aprender a Perdonar, aprender a No Juzgar, aprender a ver las cosas de otra manera. Aprender a buscar dentro de nosotros mismos, a ser más libres de la opinión ajena, a soltar las dependencias, a dejar de someternos o de manipular, a Confiar. Aprender a ser más Compasivos. Aprender que todo tiene su tiempo y su orden, que todo es perfecto así como es, y que a nosotros nos toca el lugar humilde de aceptar nuestro lugar como aprendices, discípulos de la vida.
La vida es cambio constante. Y a veces es necesario un cambio, una ruptura, una separación, un comienzo o una muerte, para seguir creciendo y descubriendo el Amor desde otras maneras, distintas a las que conocíamos.
Por ello, cuando nos toca enfrentar alguno de estos momentos cruciales, en lugar de hacer lo acostumbrado (temer y resistirnos al hecho de tener que vivirlo), he descubierto que podemos resolverlos mucho más rápido y de modo más armonioso, cuando nos paramos en un punto de vista espiritual y decimos: “GRACIAS”
“GRACIAS” al aprendizaje oculto en esta experiencia (que está ahí, aunque no seamos capaces de verlo). Al agradecer lo estamos RECONOCIENDO y con esto activando un nuevo enfoque mental que nos predispone a encontrar la resolución del conflicto, con la promesa de un Regalo final.
Entonces, la primera de las Palabras Mágicas, es GRACIAS.
La siguiente Palabra Mágica es: “PERDÓN”.
Cuando nos enojamos o juzgamos o guardamos rencor hacia las demás personas, hacia Dios o hacia la vida, SOMOS NOSOTROS LOS QUE NOS EQUIVOCAMOS.
Hace falta mucha humildad para reconocer que los demás no vinieron a hacernos felices. Vinieron a hacer su propio camino y tienen derecho a recorrerlo del modo en que los pulse su alma, incluso también a equivocarse. No podemos controlar lo que hagan o dejen de hacer los demás, puesto que ese es justamente el camino que eligieron para SU APRENDIZAJE; del cual, no sabemos nada. Entonces: “PERDÓN”. Perdón por nuestra soberbia. Perdón por nuestra intromisión. Perdón por no ser capaces de ver más allá, a la armonía espiritual perfecta que existe detrás de esta puesta en escena.
TE AMO: A nuestra Alma, que nos creó las circunstancias perfectas para CRECER, para trascender estructuras, miedos, creencias… para Iluminarnos.
TE AMO: A los demás, por desempeñar tan idóneamente su papel, por SERVIR DE UN MODO TAN PERFECTO a nuestro aprendizaje particular.
TE AMO: A mí mismo/a. Por prestarme al gran juego de Aprender y por estar aquí, precisamente en el lugar en el que estoy, ENFRENTANDO MIS DESAFÍOS, pasándola mal a veces también … y porque al fin, ESTOY APRENDIENDO.
Con Amor y Agradecimiento genuino desde el Corazón…
Luciana Cámpora
www.lucianacampora.com
Libros y Escritos para el Desarrollo Personal y Espiritual
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