Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
Estamos en el siglo XXI y todavía hay países y regiones donde se persigue a las personas por sus ideas políticas, religiosas o inclinaciones sexuales. Pero más que eso hay sitios donde estas diferencias pueden causar ser golpeado, apedreado e incluso no sólo la cárcel sino la muerte.
Cuando estudié en el colegio de curas escuché y leí muchas historias de mártires cristianos, que daban su vida por mantener su fe. Pero eran historias lejanas. Nunca me imaginé que eso podría suceder en la segunda mitad del siglo XX y menos en el XXI. Claro, también me enteré después de la crueldad que los cristianos derrochamos en siglos pasados con cosas como la Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición. Pero la civilización gano a la barbarie y luego de muchos siglos de obscuridad llegó la modernidad y brilló la justicia. Yo, como muchos, creímos que esta era una victoria de la humanidad y que nada como eso podría suceder en el mundo, al menos no como una política de estado o como una norma social que se impondría sobre los derechos humanos tan apreciados en estos tiempos. Pero me equivoque. Hoy por hoy hay persecuciones y muertes… y mártires cristianos.
Actualmente en Pakistán una mujer cristiana espera su muerte por haber sido acusada de blasfemar al profeta de Mahoma. La pesadilla de Asia Bibi comenzó en 2009 cuando, como trabajadora agrícola, fue mandada a buscar agua, pero el resto de sus compañeras, islamistas, se negaron pues al no ser musulmana contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Y le exigieron su conversión. A lo que ella se negó argumentando que "Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad" y les preguntó qué había hecho Mahoma por ellas. Este cuestionamiento se consideró blasfemia, lo que según el artículo 295 del Código Penal pakistaní está penado con pena de muerte. El juez que la condenó le ofreció como alternativa convertirse al Islam para salvar su vida. Pero ella se resiste a ser apostata de su fe. Esta no es la primera vez que recientemente el hecho de ser cristiano representa la muerte en ese y otros países.
Sin duda las discriminaciones existen, pero es obligación de los Estados luchar contra ellas. Lamentablemente en aquellos países donde no hay separación entre la religión y el Estado la libertad religiosa se hace muy difícil, sino imposible. Esta ruptura no es fácil, tardo siglos entre los pueblos cristianos. Sin embargo preocupa que entre los musulmanes la secularización de las sociedades no parece ser un proceso en desarrollo, en especial cuando vemos que con la primavera árabe el proceso se está revirtiendo y los fundamentalistas están accediendo al poder.
Cargando...