Agua para todos, pero sin conflictos. Esta es la premisa a propósito del Día Internacional del Agua, conmemorado el pasado 22 de marzo. La Autoridad Nacional del Agua - ANA, como ente rector y máxima autoridad técnico-normativa del Sistema Nacional de Gestión de los Recursos Hídricos, bajo la dirección del Dr. Hugo Eduardo Jara Facundo, ha apostado por una gestión integral y sostenible del agua, con un enfoque inclusivo y participativo, tal como lo establece la Ley N° 29338 de Recursos Hídricos (2009) que regula el uso y gestión del agua.
Esta norma señala en su artículo 9º que el Sistema Nacional de Gestión de los Recursos Hídricos tiene como objetivo “articular el accionar del Estado, para conducir los procesos de gestión integrada y de conservación de los recursos hídricos en los ámbitos de cuencas, de los ecosistemas que lo conforman y de los bienes asociados; así como para establecer espacios de coordinación y concertación entre las entidades de la administración pública y los actores involucrados”, con la finalidad de aprovechar los recursos hídricos en forma sostenible, racional y democrática. Dado el valor sociocultural, económico y ambiental del agua, su administración es sumamente delicada y compleja. Por ello, la ANA está desarrollando modernas herramientas de gestión, donde los Consejos de Recursos Hídricos de Cuencas deberán cumplir un papel fundamental.
Estos Consejos son “órganos de naturaleza permanente integrantes de la Autoridad Nacional, creados mediante decreto supremo, a iniciativa de los gobiernos regionales, con el objeto de participar en la planificación, coordinación y concertación del aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos en sus respectivos ámbitos.”, con la participación de usuarios y la población organizada, donde los “gobiernos regionales y gobiernos locales, a través de sus instancias correspondientes...” deberán cumplir un papel fundamental, “en coordinación con la Autoridad Nacional”, en el aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos.
La desigual distribución espacial del agua y su variabilidad estacional en nuestro territorio nacional determinan diferencias significativas en la disponibilidad del recurso, agravado con las múltiples y disímiles características sociales de las comunidades, niveles de desarrollo, uso de los recursos hídricos, presencia del Estado, etc., que si le agregamos intereses políticos de líderes locales, se convierte en un problema nacional complejo. El Perú necesita diálogo, innovación y creatividad para superar sus diversos problemas, no conflictos. Y la ANA está por ese camino (Con información de Expreso).