Y un día se iluminó el tanque

Ocho partidos sin mojar, muchos gritos se le quedaron en la garganta, en Argentina no lo hacía desde agosto del 2011 (penal), aguantó que sus compañeros la metan y él no, en Italia hizo solo uno y de penal, abrazaba a los demás pero nadie a él, los palos se burlaban de sus remates, el saque de meta era el destino de sus tiros, hasta que llegó el grito de gloria y el peso que cargaba en la espalda desapareció.

Santiago Silva consiguió su primer gol en Boca Juniors y lo gritó con toda la fuerza que tenía. Este gol se hizo esperar tanto que ni le preparó una celebración curiosa o, quien sabe, por la emoción se olvidó de esta y solo decidió gritarlo a los cuatro vientos.

El uruguayo de 31 años jugó un gran partido frente a Estudiantes de La Plata y ahí, en la ciudad en la que en la temporada 2006-2007 defendió los colores de Gimnasia, abrió el marcador y dio una asistencia en lo que sería la goleada 'Xeneize' a los 'Pincharratas'. Un derechazo bastó para decirle a Andújar que los 727 minutos sin marcar habían terminado en su arco.

Y es que los goleadores son así. A veces la meten de rebote, sin querer, dando un pase o pifiando el remate, y otras no la meten por nada, ni de penal ni mano a mano, ni debajo del arco. Las malas rachas son jodidas y para los delanteros interminables, cada partido sin marcar es un "¿Por qué?" más en sus cabezas y eso juega mucho a la hora de decidir qué hacer con el balón.

Silva la metió y el goleador que conocemos está de vuelta. La carga se fue y ahora espera que el arco se le abra como cuando jugaba en Banfield o Vélez y la metía como sea, como cuando en los entrenamientos preparaba las celebraciones porque sabía que el fin de semana hacía, al menos, uno.

El gol llegó cuando algunas personas bromeaban diciendo "Que regrese Palermo, que retirado hace más que el pelado" y que pedían a Silva que se regrese a Italia o a Liniers. El gol llegó cuando tenía que llegar y el "Tanque" solo espera que no se le escape como tantos remates que tuvo 8 partidos antes.

Silva es un goleador y nunca dejará de serlo. La mala racha pasó y ahora todos esperamos que el pelado de las celebraciones curiosas nos deleite con sus goles y festejos, por el bien del fútbol.