Deustua y la educación: Una mirada distinta

Alejandro Deustua (1849 – 1945) fue un hombre de una versatilidad profesional asombrosa y de una preocupación por lo educativo que puede asombrar más aún, especialmente en estos tiempos.

Cercano a un siglo de existencia, Deustua fue muchas cosas, ocupó muy diversos cargos y escribió decenas de libros y opúsculos en revistas prestigiosas como El Ateneo, Revista Universitaria y el Mercurio Peruano.

Fue licenciado en Letras, abogado y doctor en Jurisprudencia. Docente, escribano y periodista en El Callao y profesor en San Marcos. Combatió en la batalla de Miraflores contra los chilenos y alcanzó en grado de sargento mayor de la Guardia Nacional. Estuvo poco tiempo como Director General del Ministerio de Justicia y luego fue secretario de las legaciones diplomáticas en Argentina y Brasil. Fue comisionado para estudiar los métodos aplicados en los centros de enseñanza de Francia, España, Suiza e Italia, con cuyos conocimientos hizo muchas propuestas educativas en adelante.

Fue miembro del Partido Civilista y Senador por Lima (1901) pero no ejerció el cargo. El Presidente López de Romaña lo hizo Ministro de Gobierno y Policía y luego Presidente del Consejo de Ministros. Acudió ante la Santa Sede para defender la jurisdicción eclesiástica del Perú en las provincias cautivas de Tacna y Arica (1908). Fue Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de San Marcos (1915) y Director de la Biblioteca Nacional (1918). Ejerció el Rectorado de la Universidad de San Marcos entre 1928 y 1930.

Quizás la mejor explicación de su pensamiento esté en su postura filosófica. Ubicado en el neoidealismo europeo de principios de siglo (XX), Deustua se hizo seguidor de Henry Bergson y Benedetto Croce. Recoge de ellos postulados antipositivistas (lejanos a la ciencia), tornando a la importancia de la especificidad humana, que incluye la conciencia, así como la defensa de los conceptos puros que, llevados a ideas, podían lograr que la realidad sea expresada en conceptos lógicos.

Deustua puso a la educación en la cumbre de sus preocupaciones. Con el soporte de sus opciones filosóficas, postuló una teoría educativa elitista que le permitió pensar de la siguiente manera: “El problema de la educación es muy grave y no se resuelve con reformas de las leyes. Más bien, debemos preguntar cómo y quiénes deben educar a las clases dirigentes.”  /  “Nada se ha hecho para educar a los espíritus superiores de nuestra sociedad llamada tarde o temprano a regir el país.”  /  “No está, pues, abajo, sino arriba, muy arriba, la solución del problema de la felicidad común; esta es la falta de preparación especial de los hombres obligados a poseer una cultura superior.” / “Con un criterio lógico sin orientación científica y un criterio moral sin sanción interna; son inteligencias que combinan formas vacías y con voluntades que hacen lo que pueden y no lo que deben, que carecen de fuerza inhibitoria y sólo tienen fuerza impulsiva, se comprende fácilmente que el progreso es imposible aun cuando la providencia amontone el oro en nuestro suelo.”

El pensamiento de Deustua puede generar rechazos, pero más por culpa de la incomprensión. Visto desde hoy, sin duda puede aparecer como un retrógrado aliado de la aristocracia. Empero no debe olvidarse las circunstancias de entonces, abiertas aún las heridas de la guerra del Pacífico, vacilantes los gobiernos e incipiente la democracia. Deustua es, posiblemente, el primer pensador integral de la educación peruana. Y tuvo un especial compromiso con su patria desde su grandeza moral e intelectual.