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Lunes 09 de abril 2012

Entrevista a Jordi Alemany

Por:Jordi Ardid
Entrevista a Jordi Alemany
Foto: Difusión

Interesado de hace muchos años por los temas ecológicos y sociales, impulsor de diversas iniciativas ecologico-sociales, en la actualidad Jordi Alemany facilita talleres de Permacultura, Bioconstrucción, Arte y Paisaje, Ikebana... Es autor de los libros Las Otras Energias, sobre las energías renovables y Dinero con conciencia, sobre las finanzas éticas.

Colaborador de la revista Ecohabitar en la que ha publicado diversos artículos sobre Biomímesis, Residuo Cero, Bioconstrucción, Horticultura ecológica eficiente y temas afines. Actualmente es tutor en el Curso Virtual Diseño para la Sostenibilidad impartido por Gaia Education, a través de la UOC.

¿Qué es la biomímesis?
La biomímesis es aprender cómo hace la Naturaleza las cosas. La Naturaleza ha tenido 4.000 millones de años de ensayo y error, mucho tiempo para investigar. Lo que ahora vive es lo que funciona, lo que no funciona ha desaparecido. Las culturas primitivas han tenido a la naturaleza como maestra, y algunos personajes como Leonardo Da Vinci o los hermanos Wright estudiaron la forma en que la naturaleza hacía las cosas. Los hermanos Wright para diseñar los primeros aviones y Leonardo para diseñar muchos de sus inventos.

¿Cómo ha evolucionado hasta la actualidad?

Gracias a la bióloga Janine Benyus este concepto se ha llevado a un nivel más amplio y profundo. Ella se ha dedicado a analizar los procesos naturales susceptibles de ser imitados en la literatura científica. Creó un instituto, el Biomimicry Institute, y una base de datos donde los investigadores pueden ubicar sus descubrimientos. Todo ello está al alcance de educadores, ingenieros, empresarios... y permite una colaboración entre biólogos e ingenieros, con tal de mejorar los procesos humanos para que sean más sostenibles.

Porque nuestra sociedad no es sostenible

En los últimos 250 años se ha demostrado que no. No se puede seguir dilapidando el capital natural, el nuestro y el de las próximas generaciones, desestabilizando el clima; destruyendo biodiversidad y envenenado y empeorando las condiciones para el desarrollo de la Vida. Lo que hay que hacer es imitar a la Naturaleza.

¿De qué modo?
Un bosque, por ejemplo. Un bosque maduro es un prodigio de diversidad, donde hay una optimización de los recursos y donde no hay ningún residuo. En la naturaleza no hay residuos, todo es alimento para otro organismo.

¿Y en estos últimos dos siglos la especie humana no ha sido respetuosa con el medio ambiente?

Algunas culturas han tenido una cierta conexión espiritual con la naturaleza, lo que ha provocado que sean respetuosas con ella, pero la mayoría no. Hasta la Revolución Industrial el alcance del daño a la Naturaleza era relativamente pequeño, pero con la llegada de la llamada segunda Revolución Industrial, la del petróleo y los plásticos, la cantidad de contaminantes se ha multiplicado exponencialmente.

¿En qué sentido?
La agricultura, por ejemplo, ha pasado de ser una actividad renovable a ser un proceso no renovable que nos envenena paulatinamente, aparte de hacer decrecer la calidad de los alimentos y provocar una grave erosión, tanto genética como del territorio. La agricultura debe cambiar radicalmente.

¿Cómo sería ese cambio?
Trabajando con la diversidad, no con los monocultivos. En el pasado, las plantas eran perennes. Cuando el hombre se volvió sedentario le interesó tener mucho grano para almacenar y cambió la tipología de las plantas. Se debería volver a las plantas perennes, que no sea necesario sembrarlas de nuevo, sino que crezcan por ellas mismas, tal y como sucede con los bosques. Es una manera mucho más óptima de generar alimentos.

¿Por qué ha sucedido ese proceso?
Porque los humanos han tenido un mediador muy falso, que es el dinero. Para llevar a cabo una producción cuantificable en dinero se han cometido muchas barbaridades. Eso lo están pagando las personas, que cada vez tienen una calidad alimenticia más baja

¿La biomímesis puede ayudar a detener este proceso?
Sí, de hecho ya hay institutos de investigación que están intentando hacer el camino inverso, convirtiendo en perennes muchas especies de grano para cultivar con una mayor biodiversidad en un mismo territorio, de modo que la producción conjunta es superior. Por otro lado, la permacultura, desde un punto de vista agrícola, permite la creación de bosques comestibles y cultivos más perennes.

¿Y otros ejemplos de biomímesis?
La tela de araña, por ejemplo, es uno de los materiales más resistentes y dúctiles que existen, mucho más que tejidos industriales que sirven para fabricar chalecos antibalas. La humilde telaraña lo supera. Por otro lado, las cáscaras del caracol están hechas con carbonato cálcico. Si lo utilizásemos tendríamos cerámicas dos o tres veces más resistentes que las hechas por la mano del hombre. Además las fabricaríamos con CO2, que nos sobra en la atmósfera. Ya hay una empresa americana que lo ha patentado.

¿Podríamos decir que éste es un ejemplo paradigmático?
Hasta ahora ha habido la idea de contaminar y luego descontaminar. Hay que cambiar la visión para rediseñar el proceso, de modo que las ventajas sean dobles. No sólo no contaminamos, sino que además secuestramos contaminante.

¿Están muy avanzadas estas iniciativas?
En los Estados Unidos y en los países anglosajones ya existe una pequeña cultura industrial basada en ello. Se están creando empresas con estos criterios. Ya no son solamente empresas verdes, porque no contaminan, sino que además imitan a la naturaleza, es decir, que también regeneran.

¿Este tipo de productos son mucho más caros?
No tengo información al respecto, porque todavía no existe una producción comercial. De todos modos, el dinero es un mal indicador, provoca una distorsión terrible. El PIB es un indicador nefasto. Lleva la economía en el sentido contrario al que deberíamos ir. El PIB sólo suma actividades económicas, sean cuales sean, incluso destructivas. Hasta los economistas tradicionales se han dado cuenta de que es indicador muy poco fiable, no sirve para medir progreso. Tendríamos que empezar a pensar en otro tipo de indicadores más y mejor relacionados con la vida y los ecosistemas que le dan soporte.

¿Por ejemplo?
Uno de ellos es preguntarse si el proceso que llevamos a cabo facilita la vida o la dificulta y destruye.

¿La vida humana?
La Vida en general, en mayúsculas, incluida la humana, que forma parte de la biosfera. La Vida debería ser un verbo, no un nombre, porque no es una cosa, sino un proceso.

¿La biomímesis es, por lo tanto, esperanzadora?
Sí, porque con ella podemos hacer que los procesos y productos no sólo no contaminen, sino que también favorezcan las condiciones para la Vida. La Vida es un proceso cuya característica esencial es crear un entorno favorable para que pueda seguir prosperando. Es así de sencillo. Desde el caldo primigenio de los océanos hasta la colonización de la Tierra se ha producido una evolución de millones de años, en los que se ha producido cada vez mayor diversidad. Hay vida desde los polos hasta el desierto. Se tenía la creencia de que la vida se adapta al medio ambiente, cuando la verdad es que la vida crea su propio medio ambiente. La atmósfera por ejemplo es una creación de la vida.

¿Y qué papel juega el ser humano?
El ser humano forma parte de todo ello, pero hemos llegado en los últimos cinco minutos como quién dice. Nos toca aprender de una maestra como la naturaleza, que tiene 3.800 millones de años de sabiduría.

¿La biomímesis puede servir para solventar problemáticas de tipo social?
Desde el punto de vista económico, sí. El funcionamiento de un bosque maduro o de un arrecife de coral podría ser un modelo para una economía social. Lo que sucede es que los parámetros y los criterios han de cambiar bastante. Hay autores que trabajan en ello. La naturaleza puede ser un modelo para la economía, pero para problemáticas de tipo social existe una mayor distancia porque tendríamos que diferenciar entre lo “natural” y lo “humano”. El ser humano tiene una gran capacidad de hacer el mal, no para mejorar la vida, sino para destruirla, tal y como nos enseña la Historia.

Pero también para hacer el bien.
Sí, pero justo lo que nos diferencia como especie es esta capacidad de decidir, lo que nos da una mayor responsabilidad. Hasta ahora considerábamos al ser humano como la cúspide de un proceso evolutivo. Yo diría que ahora podemos considerarnos corresponsables de la evolución, y eso nos otorga una responsabilidad que gran parte de la Humanidad no sé si está dispuesta a asumir. Yo visualizo a la Humanidad como un adolescente que todavía no es totalmente consciente de su fuerza, no tiene todavía la sabiduría para utilizarla, para autolimitarse para mejorarla en vez de destruirla. Sólo una pequeña parte de la Humanidad se siente corresponsable de la Naturaleza, los sectores más avanzados o más conscientes.

De todos modos, el darwinismo ya incluyó al ser humano dentro de la evolución natural.
Eso es en la cultura occidental. En muchas sociedades, como por ejemplo la cultura tradicional japonesa, no se considera al ser humano como algo separado de la naturaleza. Algunas tradiciones culturales, e incluso espirituales, mantienen la conexión con lo natural. Esta consciencia ya va entrando en la cultura occidental moderna, pero muy lentamente.

¿De qué forma?
Nosotros hablamos de medio ambiente, lo que marca una separación. Toda la literatura occidental que habla de medio ambiente se olvida de algo tan básico de que somos parte de ese medio ambiente, y lo somos para bien y para mal. Lo que nuestra mano derecha contamine, se lo tragará la mano izquierda. En realidad es una actitud poco inteligente, porque contaminar significa envenenarnos. Hay gente que continúa contaminando porque es más económico, o porque es lo que se ha hecho siempre. Hasta que la cosa no es muy grave no es capaz de cambiar de chip. Existen maneras para hacerlo mucho mejor. No nos queda mucho tiempo. El cambio climático avanza a marchas forzadas. Hay autores que afirman que por muchos cambios que hagamos la inercia ya es demasiado grande. Hay que cambiar la manera de entendernos a nosotros mismos respecto a la Naturaleza.


Entrevista publicada en laeconet.

 

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