La Iglesia no sobrevivirá si no se feminiza

Durante los días de Semana Santa he hecho un gran acto de penitencia. Lo confieso en este lunes de Pascua de Resurrección. La penitencia ha consistido en leer un libro que un buen amigo me entregó.

Lo tomé de su mano con la condición de leerlo y devolverlo a su legítimo dueño. He tenido que encomendarme a toda la corte celestial, pues las tentaciones que me han dado para dejar la lectura en las primeras páginas han sido excesivamente fuertes.

Pero lo prometido es deuda. Por los amigos hace uno muchos sacrificios. Como el leerme el libro titulado: Monjas. Firmado por Laia de Ahumada, editado por Fragmenta, Barcelona, 2011. 304 páginas.

La obra contiene las declaraciones de 20 monjas que son felices de serlo.

Sinceramente el libro no me ha gustado en absoluto. Está lleno de lugares comunes, de tópicos propios de una militancia en la izquierda religiosa, política y social de las 20 protagonistas, quienes confiesan que nunca desean salir con hábitos a la calle.

Entre las monjas entrevistadas por la autora Ahumada, está la simpar sor Teresa Forcades, muy conocida por todos los lectores amigos de este Blog y de los visitantes de este portal de información católica.

Una idea entrelaza las varias experiencias monjiles. Es la siguiente:

“La Iglesia no sobrevivirá si no se feminiza"

Con esta tesis, el lector se harta de ver, respirar, atufar, masticar y bostezar ante un feminismo destilado en las mejores destilerías del ramo del feminismo barato, sobre el que se asienta la sociedad actual y desean introducir en la Iglesia Católica.

Cuando iba leyendo, me acordaba de las mujeres claves en la historia de la Iglesia: desde María de Nazaret, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús, Santa Teresita del Niño Jesús, Edit Steim, la Beata Teresa de Calcuta……y mi propia madre, que me tuvo nueve meses en su vientre y me trajo al mundo físico y a la fe de la Iglesia Católica acompañada por mi padre.

Ninguna de ellas militó en el feminismo barato y destructor del papel de la mujer en la sociedad y en la Iglesia. ¡Cuánto inmenso bien hicieron para las personas de su tiempo, incluidos Papas, obispos, familias, religiosos, necesitados y marginados¡

Tras pasar por esta penitencia de leerme este libro panfletario, invito a los lectores amigos que no lo lean, a no ser que sean unos proclives a imponerse actos penitenciales libremente.

Claramente, no me arrepiento de haberlo leído, pero no me salto los sesos por esta obra. Mientras pasaba las páginas pensaba en un libro similar pero sacado de confesiones personales de las monjas de Iesu Communio. Aquí dejo la idea para quien pueda hacerlo. Seguramente venderá más ejemplares y hará mucho bien espiritual a los posibles lectores del mismo.