Peter Pan

Todos los políticos tienes hobbies. Pasatiempos antiguos son la numismática y la filatelia.

Hoy, se crían caballos de paso o perros de raza y se practican diversos deportes de aventura como el ala delta, la tabla hawaiana o el motocross.

El presidente Augusto Leguía acudía puntualmente los domingos al hipódromo de Santa Beatriz a observar a sus pupilos que corrían con los colores del stud Alianza. La hípica recuerda con agradecimiento a Leguía.

Raúl Castro Stagnaro, flamante presidente del PPC fue recientemente entrevistado por el diario El Comercio acerca de su hobbies: el motociclismo. Confeso que la máxima velocidad que había alcanzado era 210 kilometro por hora.

Hay dos explicaciones sobre la motomania de Castro. Es un suicida en potencia o sufre del síndrome de Peter Pan.

Se supone que la política es una actividad apasionada donde se siente ira, depresión, exaltación, serenidad entre otras emociones. Parece que Castro no vive la política porque se ve obligado a buscar adrenalina trepando cerros en moto. El individualismo y la peligrosidad de su hobbies es innegable.

El síndrome de Peter Pan se caracteriza por la inmadurez y el narcisismo del paciente. Los rasgos de personalidad incluyen la irresponsabilidad, rebeldía, negación del envejecimiento y la creencia de que esta mas allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. Se dice que este padecimiento se da por no haber vivido una infancia normal, por haber trabajado desde edades demasiado tempranas.

Es obvio que la familia pepecista no puede estar pendiente del siguiente accidente que sufra su presidente.

Asimismo, a los 60 años, Castro no tiene las mismas facultades físicas de cuando era un adolescente.

El problema es la imagen que proyecta. El PPC en sus 46 años se había ganado la percepción de ser un colectivo que tiene los pies bien puestos en la tierra y que maximizaba esfuerzos y concentraba energías en resolver problemas no en crearlos.

Hacemos la invocación  fraternal al presidente Raúl Castro a que suspenda sus rallyes a los cerros de San Bartolo.

Al menos por los 4 años que dura su mandato en el PPC. Es imprudente tentar a la suerte y esperar un accidente que ojala no llegue.

Insistimos que la política es el verdadero océano de la adrenalina. Castro debe sumergirse en el. Es lógico que le faltaran energías para las grandes tareas que la Nación nos demanda.

(Fuente: Señal Alternativa)