Lo que me enseño el 5 de abril

Si en algo agradezco a la vida es que he participado en la historia reciente del Perú, mi país. No como un simple observador, sino como un peruano que por pertenecer, en ese momento, a la Fuerza Armada del Perú desde un cargo sumamente menor (oficial de mar y luego Técnico A.P) he estado presente en todos los momentos graves que mi patria me necesito, 1975 frontera sur, 1981 frontera norte, 1980-1999 agresión subversiva al Perú y 1995 frontera norte. A la luz de mis EXPERIENCIAS en CAMPO DE BATALLA, puedo decir que yo y muchos de mis compañeros entregamos todo y algunos hasta la vida para que seamos un país libre, sin corrupción y respetado, pero también debo manifestar mi desazón y total desencanto (por decir lo más educado) a la respuesta que el país nos dio. Si algo tengo que resaltar del Sr. Alberto Fujimori, es que fue el único Presidente que apoyo a su Fuerza Armada; sé también que muchos altos oficiales  aprovecharon malamente este apoyo, y que bien que estén purgando condena;  solo quiero poner un ejemplo de esa desazón: En la actualidad, si un miembro de la Fuerza Armada y Policía Nacional enfrenta una agresión externa e interna, antes de hacerlo TIENE QUE BUSCAR UN PADRINO por si en caso perdiera la vida o quedase imposibilitado por alguna bala asesina. Mejor dicho, el Estado Peruano  ha renunciado a su labor de respaldar a sus soldados y policías ya que ha creado un programa llamado “Adopta un Héroe”  es decir debemos encontrar a una institución, empresa o algún peruano de buen corazón se encargue de su resanar sus heridas, su pérdida física o en el extremo de morir, esta institución debe  cuidar, alimentar y encargarse del estudio de sus hijos.

¡NO ACEPTO A DAR LASTIMA!, por entregar mi mayor esfuerzo o mi más preciado don: la vida a mi País. En octubre de 1985 minutos antes de subir al avión que me llevara al campo de batalla  escribí un artículo denominado “VOLUNTARIO”, articulo que se volvió de lectura obligada para despedir a cuanto marino se embarcaba para defender al Perú de la violencia política que sufríamos en esos años, de este articulo solo quiero rescatar lo siguiente: “Y aquí séame permitido confesar ingenuamente una cosa: cuando rendido frente a mi propia conciencia que serena y satisfecha me impulsa siempre adelante, pienso en los peligros a los que generosamente me he de exponer, a los odios que afrontare y tal vez a las heridas del combate, entonces es preciso decirlo, nada me aterra, ni el odio de mis enemigos, ni la aversión de los defensores de estos, tampoco me inquietan las fúnebres maquinaciones  de algunos de mis amigos. PERO CUANDO PIENSO  EN LA INDIFERIENCIA DE MUCHOS PERUANOS (o los que se creen peruanos), CUANDO VEO QUE ELLOS NO SOLO SON IMPASIBLES A ESTE GRAN PROBLEMA, SINO QUE HACEN MANIFESTACIONES EN CONTRA NUESTRA, LA MAS PROFUNDA DECEPCION SE APODERA DE MI ALMA Y NO SE DE QUE SORPRENDERME MAS: ¿ SI LA CEGUEDAD DE AQUELLOS  O DEL DESAMOR A LA PATRIA A QUE HEMOS LLEGADO?.”

El día de hoy, la excelente periodista Patricia del Rio escribió un artículo: Los rezagos del 5 de Abril. La libertad en prenda. (Diario el Comercio 5 abril del 2012), ella cierra su artículo con esta siguiente reflexión:…. “Y lo peor de todo, todavía nos consideramos ciudadanos menores, que no se atreven a aspirar a un progreso levantado sobre las bases de la libertad, el respeto y la democracia”, me recuerda a lo que escribió Manuel Gonzales Prada: “las armas del enemigo, fueron nuestra ignorancia y nuestro espíritu de servidumbre.” Más de 120 años y todavía no aprendemos de la historia