Definitivamente, la cacería no es algo bueno para la salud de los Borbones. El rey de España Juan Carlos I se está recuperando del accidente acaecido el sábado 14 de abril mientras participaba en un safari en Botsuana. Los médicos le han colocado una prótesis en la cadera y al parecer puede caminar con muletas. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿cuánto tiempo le tomará para recuperarse de las secuelas dejadas por la ráfaga de indignación generadas por el propio safari? Cada vez más, voces en España exigen la abdicación del monarca. Los medios de comunicación, por lo general considerados complacientes con la monarquía, multiplican severos artículos, insistiendo en el hecho que fue un viaje "inapropiado" en el contexto de una España golpeada por la crisis financiera y que sufre hoy los embates de una nueva tormenta en los mercados. Un viaje cuyo propósito - cazar elefantes - hiere la "la sensibilidad de millones de personas."
Cacería de osos en Rumania y Rusia
Sin embargo no es la primera vez que las partidas de caza del rey de España generan un debate considerable. Ya en octubre de 2004, Juan Carlos I fue a dar a la región rumana de Covasna, al pie de los Cárpatos, a fin de participar en una cacería de osos. Los medios de comunicación rumanos se indignaron ante la escala de la masacre: nueve osos y un lobo, especies protegidas de acuerdo a los tratados suscritos por el país.
Dos años más tarde, el diario Kommersant de Moscú publicó una carta enviada por un guía de bosque en la que este se quejaba señalando que el Rey de España había participado en una cacería organizada en la región de Vologda, en la que mató a un oso que los participantes habían previamente hecho beber vodka con miel. Una información desmentida entonces por la Casa del Rey, pero que hoy abona el debate suscitado en los medios de comunicación.
El nieto del rey se pega un tiro en el pie
Eso no es todo. La semana pasada, cuatro días antes de que se produzca el accidente del monarca en Botsuana, otra controversia relacionada con la familia real y las armas nutrió las columnas en la prensa española. El 9 de abril, el nieto de Juan Carlos I, Froilán, hijo de la Infanta Elena, fue trasladado de urgencia al hospital después de que accidentalmente se disparó un tiro en el pie con una escopeta calibre 36. ¿Qué hacía este muchacho de 13 años de edad con un arma? Su padre asegura que la estaba limpiando; pero el chico no estaba autorizado legalmente a manejar armas, ni tampoco tenía la edad mínima de 14 años para hacerlo. La polémica se desencadenó y la opinión pública se ha indignado por la "impunidad" con la que actúan algunos miembros de la familia real, en clara alusión a la investigación abierta contra el yerno del rey, Iñaki Urdangarín, por un caso de malversación de fondos públicos.
Un hermano del rey muerto accidentalmente
La Guardia Civil abrió finalmente una investigación sobre el accidente de Froilán que salió de la clínica el lunes 16 de abril. Un accidente que trajo a la memoria aquel de 1956 que costó la vida al hermano menor de Juan Carlos I, Alfonso, quien tenía tan solo 14 años de edad. Juan Carlos I, entonces de 18 años, junto con su hermano, manipulaba un arma, un revolver que les había sido “obsequiado, según el diario El País, por Francisco Franco”. El arma se disparó. Alfonso murió tras recibir un balazo en la frente. Don Juan Carlos I, autor involuntario de la muerte de su hermano, sufriría hoy a causa del sentimiento de "culpabilidad".
El "amigo" del rey
Hoy en día, todos estos episodios resurgen en la prensa española preocupada por el "descrédito" que afecta a la figura del rey de España. El tabú mediático construido en torno a la monarquía al parecer se hace trizas. La prueba, por primera vez los secretos de la vida privada del rey, otrora silenciados por la gran prensa, se exponen más o menos en forma explícita. Un artículo publicado por un diario de centro-derecha, El Mundo, señala que "desde hace algunas semanas, el rey estaba fuera de control, disparando las últimas balas de su fusil en un zafarí organizado por la Princesa Corina".
Corina Sayn-Wittgenstein, de 46 años, ex esposa del príncipe alemán Casimirzu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, es mencionada en varios artículos como la “amiga intima” del rey, con quien el monarca mantiene una "estrecha relación". Fue ella quien habría organizado el viaje de cacería de elefantes en África. Su imagen, al lado de la del monarca, complementa los artículos de sitios web de los periódicos. Su nombre aparece en el libro de la periodista Pilar Eyre, “La Soledad de la Reina”. Otros artículos recuerdan que el matrimonio con la Reina Sofía es "un fracaso notorio". Incluso Iñaki Gabilondo, respetado columnista de El País, se atreve, a través de un video virulento, a aconsejar al rey a que reflexione y piense en la abdicación y el divorcio.
Hoy, uno puede preguntarse si la realeza, que se apoya más en la simpatía suscitada por la figura del rey y la gratitud de los españoles por el papel que Juan Carlos I jugó en la transición democrática que en un verdadero sentimiento en pro de la monarquía, podrá resistir el embate de tantos ataques ...
Sandrine Morel
(Traducido del francés por José Pimentel)
Título en francés: Dangereuses parties de chasse royale